Un atentado terrorista en España sorprende a Daniel, un sicario que ha sido contratado para matar a Mónica, una mujer mexicana que años atrás huyó de su país junto a su hija, dejando atrás su oscuro pasado.

Daniel descubre que Mónica le salvó la vida, pero aún así continúa con su propósito de asesinarla. Natalia llama a su madre y utiliza una frase inusual en ella, como una pista para darle entender a Mónica que está en peligro.

Mónica se niega a aceptar la ayuda de Daniel, pero al no encontrar suficiente apoyo en las autoridades ni en Álex, Daniel se hace cada vez más imprescindible para ella.

Se filtran a la prensa las fotografías del cadáver de Prats. Mónica pone en peligro su vida por ir tras los secuestradores de su hija. Álex empieza a sospechar de las intenciones de Daniel.

Mónica termina mal herida en manos de los rusos. La pista clave del paradero de Natalia está cada vez más lejos. Natalia llega a su destino final.

Daniel se ve obligado a confesarle la verdad a Mónica. Eli recibe amenazas de parte de Torres y la policía se entera de que ella es amante del político.

Un misterioso sobre amarillo, con información sobre un asesinato ocurrido 20 años atrás en México, llega a manos de Urrutia. Aparece un nuevo sospechoso del crimen de Beatriz Prats.

Mónica confirma que el destino final de Natalia fue México. Daniel recuerda el motivo que lo llevó a aceptar matar a Mónica. Natalia escapa ayudada por Hugo.

Natalia se entera de quién ordenó su secuestro. Mónica, ya en México, busca ayuda de la DEA. Álex escribe una carta de despedida para Eli y da inicio a su plan. Velasco está convencido de que Urrutia sabe más de lo que aparenta.

Mónica se enfrenta cara a cara con su exmarido. Álex es obligado a convertirse en un fugitivo eterno.