Un aviso pone en alerta a la Policía Nacional de Ardora: hay un barco a la deriva en el puerto con toda a su tripulación muerta. Sin tempo que perder, los efectivos de policía, al frente de la que se encuentra el comisario Emilio Fortes, a punto de jubilarse, llegan al puerto para investigar lo ocurrido.

Manuela Fortes vuelve al pueblo para sustituir a su padre al frente de la comisaría...

La incautación por parte de la policía de Ardora de una gran cantidad de dinero a la mano derecha de César Longueira fue el primer éxito de Manuela al frente de la comisaría. Aunque ahora queda el trabajo más complicado: demostrar la conexión de el dinero con la mercaduría del Delta. Pero no es lo único que tienen que hacer en la comisaría. Tanto Manuela como Cruz están convencidas de que hay un infiltrado dentro del cuerpo, por lo que ponen en marcha una operación secreta para descubrirla. Cruz se encargara de hacerle un seguimiento a Eva y Manuela vigilará a Ramiro muy de cerca. Encontrarán lo que están buscando? Mientras tanto, los problemas en el seno de la familia Fortes no paran de aumentar. La petición de dimisión de Marcos por parte de Emilio ante los medios de comunicación no sentó nada bien ni al alcalde ni a Rosalía, que ven en la maniobra de su padre un intento por arrebatarle su puesto ahora que ya no es comisario.

Un nuevo barco llega al puerto de Ardora. César y sus hombres se están preparando para una nueva descarga. No son los únicos. Manuela activa una operación sin precedentes para cazar a César durante el transporte. Pero durante la operación algo sale mal. César se entera de la presencia policial y evita la intervención de la estación de policía. Ante un nuevo fracaso, el fantasma de un topo entre ellos regresa a la cabeza de Manuela y con la ayuda de Cruz organiza un plan para averiguarlo. Después de cancelar la descarga, César también cree que tiene un informador propio y le ordena a Salvador que lo encuentre a toda costa. Salva no tarda mucho en establecer una lista con sus sospechosos, y los primeros en ocupar las posiciones iniciales son Lucas y Estela. Puede que Lucas no sea el topo, pero Estela, la hija de Castor, ya es otra cuestión... Mientras tanto, el impactante video de Marcos se ha extendido por toda la ciudad. La vida pública y la carrera política de Marcos penden de un hilo, y lo que es peor, su relación con Rosalía ha tocado fondo. Para Rosalía, la traición de Marcos es imperdonable, pero lo que aún no sabe es que todo se reduce al plan de su padre de hundir a Marcos, información que pronto descubre y proviene de la persona que menos imagina.

El cuerpo de un hombre muerto de un disparo aparece flotando en el puerto de Ardora. En el cuello varios tatuajes. Manuela y Cruz no tardan en identificar al muerto como el hombre que asalto la comisaría para matar a Covas. Con este nuevo dato, Manuela y Cruz establecen una teoría. Si quien mato al hombre tatuado fue su socio, fueron ellos los responsables de la matanza del Delta y del robo de la carga? Para confirmar su teoría necesitan la colaboración de Covas, al que ofrecerán un trato que no podrá rechazar. Mientras tanto, Marcos convoco una rueda de prensa para pedir disculpas por el escándalo e intentar recuperar su prometedora carrera política. Después de saber que Emilio Fortes, su padre, fue la mente pensante del escándalo, Rosalía valorará ayudar a Marcos a recuperar el prestigio perdido, pero lo suyo nunca será como antes, y menos desde que César aparecio en a vida de Rosalía. La que no tendrá fácil recuperar su vida es Silvia. Sin trabajo y después del escándalo, está teniendo problemas en Ardora y quiere que tanto Ramiro como Emilio la ayuden a recuperar la normalidad. Para Emilio las cosas no están saliendo como esperaba. César perdió la confianza en él por lo que su plan para acabar con él está en peligro si no actúa con cautela. Antes de destruír a César tiene que rematar a Marcos y temiendo que Silvia hable con la prensa, Emilio ordena a Ramiro que se desaga de ella lo antes posible.

La venganza de Emilio contra César Longueira está en marcha. El cadáver de Silvia apunta directamente al líder del puerto y la comisaria Fortes no tiene más remedio que detenerlo. Después de muchos años la policía de Ardora cogió al criminal más buscado, pero aún así, hay algo que no cuadra. Cruz sigue muy atenta a las maniobras de Ramiro y sospecha de su implicación en el caso de alguna manera. Después de conseguir la aprobación de Manuela, Cruz hará lo imposible por descubrir alguna relación del subinspector con la muerte de Silvia. Al mismo tiempo, Antón, el más pequeño de los hermanos Longueira, conoce todo el mal que hizo Salvador. A pesar de las advertencias de su hermano desde la comisaría, Antón propone un plan para sacar a César de la cárcel y darle su merecido a Salvador, algo que tambien aprueba su propia madre. Después de deshacerse de César y de arruinarle la vida a Marcos, Emilio está a punto de conseguir su objetivo. O eso es lo que parece porque Mercedes no va a permitir que su marido salga vencedor en esta ocasión, y Ramiro, el fiel seguidor del ex comisario, también guarda una carta ganadora que puede usar contra su amo.

Once meses después de la muerte de Emilio Fortes, el puerto de Ardora está en huelga. Castor y César se alian para presionar a Marcos. No quieren que el alcalde siga adelante con el plan para reconvertir el puerto comercial en un puerto turístico. La negociación entre el ayuntamiento y los estibadores no llega a un acuerdo. Y se desata la guerra. Las huelgas son caras y la caja común está vacía. César tiene que conseguir dinero. El puerto paralizado lo dejo sin su negocio ilícito e intenta recurrir a Covas. Pero cuando ve su actitud, desiste. Sin embargo, a Antón, le parece una buena opción: y decide robarle el dinero al narco. Pero ni Castor ni César aceptan ese dinero. Y obligan a Antón a devolverlo. A pesar del robo, Covas admira la determinación del chico y le propone en secreto trabajar para él. Las Fortes tampoco pasan por un buen momento. La muerte de Emilio las dejó marcadas. Perdieron su posición y pueden perder la casa, algo que afecta a Mercedes, que tiene que arrimar el hombro. Pero es incapaz. No quiere dejar de ser quien es hasta que Miguel la hace ver su egoísmo. Por su parte, Rosalía no encuentra trabajo y no acepta la oferta laboral de Marcos (en lo que respecta a César, no lo puede ver delante), y Cruz se refugia en su trabajo y en la bebida. Manuela está preocupada por ella, porque se expone demasiado y va por libre. En comisaría, destaca la incorporación de Estela como nueva agente. Su nueva posición choca con su padre, inmerso en la huelga. Y con Antón. Pero Estela tampoco tiene mucho margen para actuar. Manuela, mas allá de la huelga, tiene que luchar con Sofía, una implacable agente de asuntos internos dispuesta a buscar calquier indicio de corrupción en la familia Fortes.

La situación en el puerto es insostenible. Xavier es uno de esos estibadores desesperados. Su mujer Helena le dice que necesitan dinero. Tienen un hijo pequeño y a Xavier no le queda otra que ser un esquirol. Al poco de volver al trabajo, aparece ahorcado en una de las grúas, asesinado. Manuela está cabreada porque César y sus hombres bajaron el cuerpo de Xavier alterando la escena del crimen. Los estibadores son los principales sospechosos. Para defenderse, César le dice a Antón que investigue quien fue el culpable de la muerte. Pero, precisamente, es el ADN de Antón el que aparece en el cuerpo de Xavier. Antón tiene coartada pero Cruz, en una noche de excesos, da el nombre del chico a la prensa y lo señala como principal sospechoso de la muerte del estibador. En el ayuntamiento tambien están sufriendo las consecuencias del asesinato. La presión de Marcos sobre los estibadores lo señalan como parte culpable y Ardora se vuelve en su contra. Para calmar los ánimos, Estevo, el teniente de alcalde, propone una entrevista. Pero Marcos se calienta y cambia el relato conciliador, acusando directamente a César. Si Marcos no quiere perder el cargo, lo mejor será que pida ayuda. Estevo le pasa el contacto de Lionel, un misterioso hombre de negocios que parece interesado en Ardora y en el proyecto del puerto. Después de que Marcos, para no manchar su imagen, retire la oferta de trabajo a Rosalía, la mediana de las Fortes llama a la puerta de Lionel. El encargado de RRHH no quiere saber nada de ella. Rosalía está marcada. Pero cuando Lionel la escucha hablar, es consciente del potencial de la ex de Marcos. Y decide contrartala. En la comisaría, Sofía no afloja. Manuela se la encuentra en su casa, con Mercedes. Consciente del peligro, Manuela le píde ayuda a Kubala para revisar la documentación de Emilio y descubre que su padre trabajaba para César y que los movimientos del dinero tambien salpica a Mercedes. Para salvar la familia, Manuela y sus hermanas destrúyen esa parte de la documentación. Cando Kubala se da cuenta de lo que hizo Manuela, se enfada con ella. Una rifa que lo aproxima cada vez más a Sofía.

Después de la muerte de Xavier, Helena, su mujer, precisa ayuda económica. Castor, presionado por la situación acepta a espaldas de César una descarga nocturna. César se da cuenta de la maniobra de su socio y, cuando va a ver la carga, se encuentra con un montón de inmigrantes ilegales. César, enfadado con Castor, le avisa de las consecuencias pero también opta por aprovecharse de la situación y pide más dinero al armador. Sin embargo, cuando la furgoneta llega al propietario, está vacía. César y Castor dejaron huir a los inmigrantes. Chantajean al armador con una grabación. No lo quieren ver más delante. Sin embargo, uno de los niños inmigrantes logro huir y alertó a la comisaría. Cuando Manuela detiene a César y a Castor, Estela no se puede creer que su padre ande ahora relacionándose con los Longueira. Y Castor, que hizo todo esto por Helena, ve ahora como la mujer no acepta el dinero. Está en shock ante la noticia que vincula a Antón con la muerte de su hombre. Y por eso va hasta uno de los armarios de su casa y coge una pistola con el objetivo de matar al asesino. Mientras tanto, Rosalía y Lionel presentan en el Ayunatamiento el Proyecto “Nueva Ardora”, un ambicioso plan para convertir el puerto de transatlánticos en una referencia a nivel internacional. Pero Marcos considera que no es el momento de construír castillos en el aire, por lo menos mientras dure la huelga. En el exterior del ayuntamiento, Antón se manifiesta con otros estibadores y Helena estaría a punto de matarlo de no ser porque explota una bomba en el coche de Marcos.

Con el caso de Xavier en punto muerto, la Comisaría se centra en la investigación del atentado en el que, sorprendentemente, no hubo que lamentar víctimas mortales. Las pistas llevan a la Policía Nacional de Ardora hasta Caniche, aunque Cruz no acaba de estar convencida y sospecha de que se trate de un montaje. Una pena que esté fuera del caso, ya que Manuela la destina a proteger a Marcos. Sabe que su herrmana pequeña está pasada de vueltas y no quiere que se meta en más lios. Mientras tanto, Lionel no se toma nada bien la negativa de Marcos a su proyecto de aceptar el ofrecimiento de Rosalía para aprovechar las diferencias que existen entre los bandos de César y Cástor para llegar a un acuerdo para desbloquear la huelga. Por su parte, Sofía encuentra pruebas de que Manuela eliminó documentos que implican a su madre. Las pruebas por si solas no son suficientes para procesarla. Es preciso el testimonio de Kubala y Sofía sabe aprovecharse de la desconfianza que existe entre los dos. El inspector está a punto de delatar a su jefa. La cabeza le dice que es lo correcto pero el corazón le dice otra cosa y Kubala acaba escuchándolo. Su sinceridad es recompensada ya que Manuela también se deja llevar por sus sentimientos. Así comezará su relación.

Sofía no se dá por vencida y encuentra en Cruz el nuevo punto débil de Manuela. Tiene pruebas de la vida de excesos que lleva la pequeña de las Fortes; de sobra como para inhabilitarla. Todo depende de Manuela. O ella, o Cruz. Y Manuela, en parte gracias a la honestidad de Kubala, que la anima a hacer lo correcto, acaba decidiendo presentar su dimisión. En el puerto, Castor quiere garantías de que Lionel va a cumplir el acuerdo: puestos de trabajo para sus compañeros, pero solo obtiene promesas con lo que duda de haber tomado la decisión correcta. César tampoco queda de brazos cruzados. Sospecha que Lionel es mucho más que un empresario y decide investigarlo con la ayuda de Amalia, una periodista que descubrirá que Lionel no es trigo limpio. Mientras tanto, en comisaría retoman la investigación de la muerte de Xavier que los lleva hasta el arma con la que Helena intento matar a Antón. Las preguntas son claras. En que estaba metido Antón? A que le tenia miedo Xavier? Pero lo que ninguno imagina es que Miguel, el cura, tiene mucho que contar. Para sorpresa de sus hijas, Mercedes está descubriendo que ayudando a los demás se siente mejor consigo misma. Sigue colaborando con el proyecto solidario de Miguel y alli se reencuentra con una mujer a la que perjudicara hace muchos años: Sara. Mercedes se propone enmendar sus errores del pasado y justo cuando consigue que Sara la perdone, esta desaparece en extrañas circunstancias.

Después del secuestro de Rosalía, Marcos accede a todas las peticiones de Lionel. Pero César, que sospecha lo que está ocurriendo, acude a Manuela para contarle la verdad sobre su relación y pedir ayuda para encontrarla. Los movimientos extraños de Marcos alertan a Cruz, que no puede evitar que el alcalde lleve el dinero a Lionel. Pero este no cumple con su palabra: en cuanto tiene el dinero, mata a Marcos y hiere a Rosalía para chantajear a César: si la quiere salvar va a tener que sacarlo de Ardora. Y cuanto antes, porque Rosalía no durará mucho si no recibe ayuda médica. Sin nada que perder, Kubala decide saltarse la ley y libera a Lionel para que lleve a Cruz hasta Rosalía. Cuando Manuela lo descubre, va detrás de Cruz. Finalmente, las Fortes se reúnen de nuevo: Rosalía está a salvo, pero Lionel logra escapar. Unos días después, César tiene un regalo para Rosalía: Lionel. Y puede hacer lo que quiera con él.