Primavera de 1941. Frustrados por el manejo de la guerra por parte del mando militar, Stirling y Lewes formulan un plan para lanzar hombres en paracaídas en el desierto, atacando a las fuerzas enemigas desde las profundidades del mismo.

Mientras se recupera en el hospital, Stirling reflexiona sobre la idea de Lewes de atacar al enemigo por la retaguardia y urde un plan para obtener la aprobación de su unidad por parte del general Auchinleck en el cuartel general.

Los miembros recién reclutados del SAS llevan a cabo una primera misión desastrosa y devastadora. Decididos a demostrar que su estrategia funciona, se preparan para volver a intentarlo.

A medida que la reputación del SAS se extiende entre las fuerzas italianas y alemanas del Eje, otra atrevida misión resulta en una impactante y devastadora pérdida para el equipo.

Paddy inicia a los soldados de la Francia Libre en algunos métodos de entrenamiento poco ortodoxos, y Stirling dirige una incursión en Bengasi acompañado por el hijo del primer ministro, Randolph Churchill.

Una reunión con Winston Churchill hace que el SAS se embarque en su operación más audaz hasta la fecha. Mientras que el éxito les hace alcanzar un estatus oficial, Stirling recibe una terrible noticia.

Con una nueva misión y la amenaza de disolución a la que se enfrenta el SAS, se encuentra un aliado con un nombre familiar.

Mientras los SAS encuentran amigos y enemigos en Sicilia, en el campo de prisioneros de guerra de Gavi, David Stirling recibe una visita inesperada.

Mientras el SAS avanza por Italia con la ayuda de algunos partisanos, una orden emitida por Hitler amenaza el destino de uno de ellos.

Mientras Reg Seekings intenta salir adelante, entabla una amistad con un niño italiano que desemboca en un horror aún mayor.

John Tonkin intenta volver a la unidad y los hombres del SAS reciben la visita del general Montgomery, que puede oler la bebida... y el heroísmo.