La familia O'Callaghan se preocupa al no tener noticias de su hija Sian, así que denuncian su desaparición. La policía, liderada por el detective Steve Fulcher, empieza a recabar información y cualquier indicio de su paradero.

Fulcher contempla la posibilidad de que un agente retirado que acaba de suicidarse pueda ser el hombre responsable de la desaparición de Sian.

Fulcher obvia los protocolos y conduce al sospechoso Christopher Halliwell hasta una remota localización para interrogarle sobre la desaparición de Sian y sacar una respuesta rápida, convencido de que aún puede salvar su vida.

Fulcher se ve obligado a testificar en los tribunales y descubre que su decisión de no advertir al sospechoso de sus derechos tiene graves consecuencias.

Tras procesar la queja del padre de Rebecca, Fulcher es cesado de sus obligaciones. Mientras recoge firmas en contra de Halliwell, Karen decide que apoyar a Steve es hacer justicia.

Tras su dimisión, Fulcher decide trasladarse a Oriente Medio como instructor. Un nuevo equipo de abogados reexaminan las leyes PACE y se ven obligados a traerlo de vuelta.