Juan Robles, tras dejar atrás Buenos Aires, en España ha encontrado la felicidad. Es un galerista reconocido y un feliz novio que va a contraer matrimonio con Lola, una inspectora de policía de buena familia, tenaz y rebelde. La pareja se prepara para su viaje de luna de miel pero tienen que anularlo. Su querido tío Román (enfermo de Alzheimer) ha sido detenido por un robo.

Román sigue en la cárcel sin que Juan lo pueda evitar. Por ello, emprende una carrera contrarreloj para saber quién es el que se está haciendo pasar por él, por El Gato y Buenos Aires le recuerda su vida pasada. La antigua banda, vuelve a ser interrogada como les pasó hace muchos años en una vida que ya tenían superada.

Juan prepara y lleva a cabo un robo con la ayuda de su vieja banda para demostrar a la policía y la fiscalía que Román es inocente y pueda salir de la cárcel. Lola acaba descubriendo que Juan es el verdadero Gato. Gabriel, que no tiene compasión por Román, es objeto de una trampa para que quede en ridículo ante sus superiores y los medios. Esto encabrona más al fiscal.

Tras descubrir que su marido es el Gato y que le ha engañado desde que se conocieron, Lola decide volver a España y poner fin a su matrimonio. Juan le pide que se quede un tiempo por Román. Ella accede a cambio que devuelva lo robado. Pese a las precauciones que toma, Nolden, el detective de la aseguradora, descubre su implicación. Ambos deciden trabajar juntos para atrapar al suplantador.

Juan sospecha que su suplantador es Zanetti, el ex ladrón reconvertido a empresario de seguridad, y le vigila con la esperanza de atraparlo. Lola, que sigue queriéndole, le ayuda junto a la banda. Pero el verdadero suplantador da otro golpe y tanto Juan como Lola son detenidos. Mientras tanto, el Gato falso huye y resulta ser…

El nuevo robo ayuda a que el fiscal Gabriel Prieto recupere su puesto. Y Diego, el antiguo amante de Lola, viaja a Argentina para ayudarle a desenmascarar al Gato. La aparición de unas falsificaciones en Barcelona de un par de los cuadros robados en el primer golpe del suplantador hace que Juan, Lola y Nolden investiguen la pista de los falsificadores y llegan hasta Norberto Mansilla.

Antonio oculta a todos que él es el suplantador, pero su negocio se tuerce cuando Mansilla quiere echarse atrás y muere accidentalmente a raíz de un forcejeo con él. Juan, Lola y Nolden intentan llegar al Gato a través de Laura Acosta, la falsificadora. Les habla de Adolfo Urrutia, cliente especial de Mansilla. Juan decide entrar en su casa para comprobar si tiene las obras robadas.

Juan y Lola descubren que Urrutia tiene una libreta con indicios de las conexiones de familias de personas muy poderosas con la dictadura de Videla (indicios de delitos que no se han castigado). El hotelero intenta averiguar quién allanó su casa para recuperar lo robado. Lola entrega la libreta a Gabriel, que encuentra datos sobre su propio jefe.

Diego, el policía de España ex amante de Lola, averigua la verdad sobre Juan. Pero no le traiciona. Juan y Lola no pueden superar lo ocurrido y acaban separándose. Lola va a regresar a España con Diego, pero en el último momento regresa junto a Juan cuando Diego le cuenta que él la necesita.

La banda tiene que robar un banco y lo dirigirá Lola. Al principio se niegan, pero Lola toma el mando y les convence. Poco a poco, se ganará el respeto de los demás. Nolden ha desaparecido y probablemente esté muerto. Cuando el plan del robo está listo, Juan es secuestrado por Urrutia y la banda tiene que actuar sin él. Juan desvela a Urrutia que Gabriel tiene la libreta que robó.