Las montañas más altas alojan a leopardos de las nieves, águilas reales, cabras de las Rocosas y barnaclas cariblancas. Pero solo los más resistentes pueden soportar el clima extremo, la escasez de alimento y el oxígeno limitado de estos picos.

El hábitat más grande de la Tierra, el océano, es un mundo de extremos extraordinarios, desde profundidades aplastantes y costas tormentosas hasta desiertos azules y arrecifes. Allí los animales deben adaptarse a una vida en constante cambio.

Los pastizales son uno de los ecosistemas más volátiles del planeta, en donde los animales deben soportar un ciclo estacional de inundación, hambre, hielo y fuego.

Las selvas comprenden los hábitats más diversos de la Tierra en los que solo triunfan las especies más resistentes. Las especies de la selva más feroces incluyen jaguares, caimanes, gibones, orangutanes, tarseros espectrales, colibríes y parásitos.

Los desiertos son cada vez más calientes, secos y más grandes, pero una gran cantidad de animales notables aún sobreviven en las condiciones más duras, incluidas astutas hienas, suricatas pequeñas y arañas que viven en la arena.

Los polos helados son el hogar de los supervivientes más importantes del planeta, incluidos los osos polares, los pingüinos y los lobos árticos. Su mundo está cambiando rápidamente, rompiéndose bajo sus pies, y su resistencia se pondrá a prueba más allá del extremo.