Bluey: Lista de episodios

Bluey y Bingo se pelean por compartir el xilófono mágico hasta que su padre cambia las cosas.

La doctora Bluey diagnostica a su padre que tiene un gato en la tripa y la única opción es operarlo.

Bluey usa su último globo para jugar a que no toque el suelo. ¡Y se complica cuando su padre se une!

Papá robot ayuda a Bluey y a Bingo a recoger los juguetes, pero el resultado es un desastre.

Mientras están de picnic en el parque, Bluey y sus amigos juegan a "Tierra a la sombra". Coco no deja de hacer trampas y Bluey tiene que demostrarle que, si sigues las reglas, el juego puede ser más divertido.

Durante el fin de semana, Bluey y Bingo juegan en el jardín con su padre, pero Bingo se disgusta porque encuentra a un insecto que es como una hoja, pero su padre está tan metido en el partido que no le hace caso.

Es la hora de comer en la terraza de casa de Bluey. En una barbacoa, no puede faltar la ensalada, así que el momento de tranquilidad de Bingo tendrá que esperar hasta que encuentre pimientos de todos los colores que quieren sus primas.

Como no se quiere ir a la cama, Bluey intenta soñar que es un murciélago de la fruta nocturno para poder estar despierta toda la noche. Poco después, vuela por el cielo estrellado.

Como Bluey se olvida de recoger su muñeca preferida, su prima Socks la coge y no la quiere soltar. ¡Las niñas montan una boda entre caballitos para distraerla y su padre y el tío Stripe son los caballos!

Bluey y Bingo lían a su padre para que juegue a los hoteles. Ambas regentan un hotel estrambótico y su padre hace de huésped acosado, pero cuando Bluey empieza a controlar el juego, Bingo se va, así que tiene que aprender a llegar a un acuerdo para que siga la diversión.

Bluey va al parque a aprender a montar en bici y le cuesta mucho, pero su padre y ella observan la determinación del resto de sus amigos para enfrentarse a las dificultades. Le sirven de ejemplo para volver a intentarlo.

Cuando le toca a Bingo llevarse a casa a César Conejo, la mascota de su guarde, y pegar en un álbum recuerdos del fin de semana, la familia decide dejar las pantallas y enseñarle lo que es pasarlo bien.

Cuando Bingo deja de jugar al juego de espías de Bluey, el objeto con el que quieren controlar a los adultos del parque deja de funcionar bien. ¡Entonces, Bluey se da cuenta de lo importante que es Bingo y tiene que convencerla de que vuelva!

Cuando se ven obligadas a esperar cinco minutos un pedido en la puerta de un restaurante, Bluey y Bingo hacen lo que pueden para divertirse y ponen a prueba la paciencia de su padre.

Jugar a "Las mariposas" en el jardín es divertidísimo hasta que Bluey se va con Judo y deja solita a Bingo. Ahora, a la pobre se le ha roto el corazón y Bluey tiene que hacer las paces con ella.

A Bingo le encanta hacer el tonto con su padre, pero, a veces, él se olvida de que Bingo es más pequeña que su hermana. Su madre le enseña a ladrar como una niña mayor para no pasarlo mal y divertirse.

En el cole, Bluey y sus amigos se enfrascan en diversos juegos. Calipso, la profe, tiene a raya a los niños con sus palabras sabias y una canción… A todos excepto a Pretzel.

A Honey le toca esperar a que la atienda la doctora Bingo, porque pasan antes otros pacientes con problemas más emocionantes. Bluey, la recepcionista, le dice que tenga paciencia, porque algunos de los casos son un problema gordo.

Como Bluey y Bingo son incapaces de coger un regalo con la garra de la máquina, sus padres crean su propia versión en casa. Sin embargo, su padre no les va a dejar ganar fácilmente.

Cuando Bluey va al mercadillo con los cinco dólares que le ha dejado el ratoncito Pérez, las opciones son infinitas. Sin embargo, cuando recorre los puestos con Indy en busca de la compra perfecta, ve que elegir no es tan fácil.

Bluey, Bingo y sus padres juegan a que sus manos son personajes. Quieren explorar las tierras que hay al otro lado de las Montañas Azules. Las chicas tienen que ser más listas que el zorro caradura para llegar a las camas más blanditas del mundo.

Mientras preparan las cosas de la piscina, Bluey y su padre se burlan de su madre porque les da la lata con lo que tienen que llevar. Sin embargo, cuando llegan ven que les falta de todo y que un poco de planificación da mucho de sí.

A Bluey y a sus amigos les encanta jugar a las tiendas… ¡Si es que consiguen empezar! Como Bluey cuestiona todas las reglas y cambia a los personajes, se pueden estar aquí todo el día.

Bluey está deseando llegar a los columpios. Su padre las lleva a Bingo y a ella en un carro hasta el parque, pero pone a prueba la paciencia de Bluey porque se para todo el rato a charlar con otros adultos.

Bluey tiene un taxi. El primer pasajero es un empresario, su padre, que tiene que llegar a toda prisa al aeropuerto. Sin embargo, se producen varios retrasos inesperados y podría perder el avión.

Bluey sale corriendo detrás de su madre cuando se va a a pasear por la playa. Por el camino, ve muchas cosas que la emocionan y la ponen a prueba. Es la primera aventura que vive sola.

Empieza la aventura en alta mar cuando Bluey, Bingo y Missy juegan a los piratas en la hamaca de los columpios. Tendrán que encontrar valor para hacer frente a fuertes tormentas y ataques de ballenas.

Bingo y Bluey se divierten jugando a las abuelitas, pero no se ponen de acuerdo en algo: ¿Saben las abuelas hacer el baile del hilo dental? Tienen que llamar a su abuela para que se lo diga.

Los niños se aburren de los columpios de siempre, así que el padre de Bluey los lleva de paseo hasta el arroyo. Bluey se encuentra fuera de su zona de confort, pero descubre la belleza de la naturaleza.

¡Hay hadas en casa de Bluey! Colas trenzadas, pegatinas por todas partes… ¡Y a mamá le cuelgan pinzas por la cara! La familia debe unirse para dar caza a esas traviesas invisibles.

Juegan a trabajar y papá contrata a Bluey y a Bingo en su fábrica de tuberías. Luego, Bluey toma las riendas, pero su padre considera que la jefa nueva es muy dura; ¡sobre todo porque no les deja bailar!

Bingo está enferma en el hospital, así que Bluey y su padre le hacen un vídeo para animarla. Cuenta la historia de Bárnicus y su aventura para curar a su perrito Tornado.

¡El padre de Bluey y Bingo tiene que dejar de jugar e irse a trabajar, pero las niñas lo lían para que siga jugando con ellas en la cama elástica todo lo posible!

De camino al punto limpio, el padre de Bluey les cuenta que es el mejor en todo, pero ella descubre que va a tirar sus dibujos viejos y empieza a dudar de si de verdad es el mejor padre del mundo.

El zoo del jardín de Bluey alberga animales maravillosos, como el gran gorila azul que es su padre. Sin embargo, cuando atrapa a Bingo y escapa, Bluey, como cuidadora, debe capturar al animal salvaje.

¡Mamá y papá van a vivir una aventura y llevan a las traviesas niñas como mochilas! Disfrutar de las vistas y de la comida de los puestos… ¡Qué divertido es ser mochilero! Hasta que pierden el pasaporte.

Princesas, caballos y varitas mágicas. Bluey y Chloe pueden jugar en el papel que quieran en esta aventura en la que salvan el reino del patio de la Reina Codiciosa.

Bluey se está divirtiendo imitando todo lo que hace y dice su padre, pero el juego se interrumpe por algo serio. Encuentra a un periquito herido y tienen que irse urgentemente al veterinario.

¡Bluey y Bingo tienen fiesta de pijamas con su prima, así que pueden acostarse tarde! Como Muffin aparece muerta de sueño porque no se ha echado la siesta, las niñas tienen más diversión de la que esperaban.

El grupo de juego de Bluey está en peligro, porque el hospital de bebés de Indy es incompatible con los caballeros y dragones de Rusty. Sin embargo, al explicar sus razones, descubren que ambos juegos tienen mucho en común.

Cuando Indy y Rusty juegan a mamás y a papás, no se ponen de acuerdo en quién debe ir a trabajar, así que lo dejan. A Indy le cuesta encontrar a un buen padre que cuide de la niña. ¡Y Bluey quiere que Rusty sea su bebé!

¡Toda la familia juega al escondite! Todos se esconden y Bluey cuenta hasta veinte, pero ¿será capaz de concentrarse en el juego y de no distraerse con todos sus juguetes?

Estando de acampada, Bluey hace un nuevo amigo que se llama Jean-Luc. Puede que Bluey no hable su idioma, pero dan con la forma de entenderse a través del juego y cazando a papá, que hace de jabalí.

Bingo y Bluey tienen que irse a la cama en cinco minutos, el tiempo justo para echar una carrera hasta lo alto del Monte Mamaypapá. Las fuertes tormentas, las avalanchas y los puntos malolientes harán necesario el trabajo en equipo.

El padre de Bluey quiere entrar un momento a la tienda, pero todo se complica cuando las niñas deciden que quieren jugar a los "Niños". Ahora, Bluey es la madre, Bingo su ojito derecho y el padre es un hijo muy travieso.

¡Es la hora de irse a la cama y Bingo no se acuerda de dónde ha dejado a su querido Blandi! Las niñas le van contando a su madre las cosas algo extrañas que han hecho con la esperanza de que aparezca.

El padre de Bluey le dice que sea bien educada en la mesa: ¡No son animales! Pero cuando Bluey se hace con un espárrago mágico, les enseña que todo el mundo tiene un lado salvaje.

Bluey, Bingo y su madre debaten con su padre sobre qué es tomar el pelo. Recuerdan todas las veces que les ha gastado bromas y él argumenta que "solo estaba jugando".

Bluey convierte a toda su familia en animales salvajes sin educación con un espárrago mágico.

¡Bluey y Bingo quieren una mascota! Para demostrarles que les daría mucho trabajo, su padre despierta a su viejo amigo Shaun, un emú indisciplinado y caótico al que le encantan los líos.

Bluey echa de menos a su madre, que ha salido. El padre se ha quedado a cargo de las niñas.

Es Navidad y Bluey está muy concentrada en ser buena para conseguir más regalos. Pero cuando un juego de Santa Claus deja al primo Socks enfadado, Bluey debe aprender la virtud de la bondad.

Papá se come la última patata de Bingo y, como castigo, Bingo tiene tres deseos de "modo baile" para usar como quiera.

A Chilli y Bandit les encantaría comprar un nuevo horno para pizzas como el que tienen los vecinos, así que se van todos juntos de paseo a Brico-bertizo.

Cuando una cacatúa que pasa volando deja caer una pluma, a Bingo se le ocurre una idea para un juego nuevo. Agitando su pluma mágica, puede hacer que los objetos sean mucho más pesados.

El tío Stripe y papá juegan al squash con ayuda de un mando que manejan Bingo y Bluey.

¡Las peluqueras Bluey y Bingo descubren que su cliente Bert el Guapo tiene piojos!

Mientras sus papás arrancan troncos en el jardín, Bluey, Bingo y Muffin transforman un tocón en un bar para caracoles. Cuando arrancan el tronco de las niñas, sus papás tendrán que ponerse de acuerdo.

Los Pastor recuerdan por turnos sus cosas favoritas del día durante la cena, pero cuando Bluey se ríe de algo que su hermana dijo antes, Bingo se pone de mal humor.

Le toca a papá darles el desayuno a las niñas y llevarlas al colegio, pero Bluey y Bingo no le pondrán nada fácil llegar a tiempo.

Bingo tiene que jugar en casa sin su hermana y le cuesta empezar.

Bluey y Bingo viven en una isla desierta en el jardín trasero cuando descubren que papá ha naufragado en su playa.

Bluey y Bingo pasan el día en casa de Nana con sus primos!

Bluey y Bingo no piensan irse a jugar con Judo hasta que la lagartija loca de juguete caiga del techo.

Cuando papá enseña a los niños a usar su viejo arnés para bebés, nace un nuevo juego: ¡Papá Bebé! Pero papá no está preparado para la dura realidad de dar a luz a un bebé Bingo.

Mamá y Bluey juegan a la escuela de mamás, donde mamá acepta enseñarle a Bluey cómo meter en vereda a sus niños revoltosos y a ser una buena mamá.

¡Todos a bordo del tren de papá! Todas las mañanas, Bingo va de casa a la guardería y a su trabajo en el veterinario, pero hay problemas cuando un travieso Bluey despista a todos.

En el primer día de Jack en el colegio de Bluey, Calypso sugiere que jueguen al ejército fuera, con Rusty en el arbusto.

Bluey y Bingo quieren que mamá y papá sean románticos, así que montan un restaurante fino y los invitan a una noche romántica.

Mientras los Pastor se dan un paseo al final de la tarde, Bingo decide que está demasiado cansada como para caminar más y necesita subirse a caballito.

Bingo se enfada cuando se le cae el desayuno en cama que había preparado para su mamá por el Día de la Madre, así que Bluey encuentra la forma de animar a su hermana... En su lugar, ¡organizarán un show!

Cuando las niñas quieren jugar al Cangrejo de las Cosquillas, papá debe aprender a aguantar el dolor, y al final una gaviota amistosa lo rescata.

Mamá y papá les dicen a las niñas que las van a dejar en casa de la abuela para tener un poco de tiempo a solas.

Los Pastor juegan una partida de "autobús" con papá de conductor, mamá de pasajera normal y Bluey y Bingo de... ¡abuelas!

Bingo y Bluey se turnan para ser la reina y su mayordoma. Cuando ambas quieren ser la mayordoma, coronan a mamá reina, después de que papá lo intente brevemente siendo una reina caótica.

Bluey y Bingo construyen una pequeña civilización.

Bluey y sus amigos convierten un tocón de árbol en un emocionante juego del helicóptero. Pero como pilota, Bluey tiene que aprender a no controlarlo todo para que puedan pasarlo bien.

Cuando mamá termina de leerle el cuento a Bingo y le da un beso de buenas noches, la niña le dice que quiere levantarse en su propia cama por la mañana.

El abuelo tendría que estar descansando, pero cuando Bluey y Bingo van a verlo, sale corriendo con ellas y las lleva a vivir una aventura alocada por el bosque.

Papá ha sido tan grosero de sentarse en uno de los lados del balancín, así que Bluey y Bingo reúnen a todos los amigos de los columpios para echarlo, pero necesitan a alguien más.

Es la primera vez que Bluey va al cine, y está preocupada por si da mucho miedo. Cuando Bingo empieza a correr como loca por la sala, tiene que superar sus miedos para ayudar a su padre.

El tío Stripe le dice a Muffin que es especial y ella lo interpreta como una excusa para hacer lo que quiere, así que va a jugar a las bibliotecas con Bluey y Bingo a su manera.

Bluey es una perrita, un pastor ganadero australiano azul, de seis años incansable.

A Bluey y a Bingo les toca bañarse, pero papá ha decidido no decirles qué hacer y acaba jugando al juego de la hamburguesería.

Bluey es la maestra de ceremonias jugando al circo con sus amigos, pero Hercules prefiere jugar con su moto. Por suerte, Bluey tiene una solución para que todos estén contentos.

Mamá, papá y Bingo tienen que superar las clases de natación, pero agradar a Margaret, la estricta profesora (que es Bluey), les res resulta muy difícil.

En el parque, Bluey conoce a una nueva compañera de juegos, Winnie. Pero cuando Bluey quiere invitar a ella y a su padre a desayunar en casa, se da cuenta de que los adultos tardan más en hacerse amigos.

Cuando mamá y papá tienen una discusión, Bluey pone a papá a escribirle una carta de amor a mamá para hacer las paces. Ahora, Bluey debe encontrar la forma de hacerle llegar la carta a mamá.

Bluey y Bingo están jugando al juego del silencio y no usan palabras para decirle a su padre qué juguete comprar. Desesperado, papá le pide al nuevo dependiente, Alfie, que interprete sus gestos.

Papá cree que Bingo y Bluey tienen demasiados juguetes.

Llegan dos canguros a cuidar de Bluey y Bingo.

Bingo está jugando al malhumor con papá: se queda sobre sus pies mientras él zapatea por la casa vigilando todo lo que hace Bingo y provocando el caos.

Cuando Chloe intenta enseñarle a su padre a improvisar y a jugar en casa al juego del pulpo de Bluey, a él le cuesta entenderlo, pero ambos se dan cuenta de que pueden jugar a su manera.

Bluey, Bingo y papá siempre sacan los cubos de basura.

Cuando Muffin no puede parar de chuparse el dedo, tiene que ponerse el cono de la vergüenza. Pero el cono la entorpece y ya no puede jugar a la "bocatería" con Bluey y Bingo.

Bluey quiere ayudar a su padre a hacer la tarta de cumpleaños de Bingo.

Bingo hace lo imposible para que miren lo bien que hace el pino.

Los Pastor se van de viaje en coche.

Bluey y Bingo quieren probar un poco de helado de la otra.

Mamá pide a las niñas que no usen la palabra váter.

Los Terrier tienden una emboscada a Bluey y sus amigos.

Mamá rememora a Bluey y a Judo de bebés.

A Bluey le regalan un muñeco nuevo en Navidad.

Bingo y Bluey salen a buscar huevos de Pascua.

Bluey quiere que su tarjeta del Día del Padre sea perfecta.

Bluey tiene su propia habitación.

Mamá prepara una carrera de obstáculos en el jardín para divertirse, pero ¡papá quiere competir! Ahora, las niñas están decididas a ganar cueste lo que cueste.

Bluey incumple sus promesas.

Bingo ayuda a su madre a hacer una tortilla.

Papá juega a que nació ayer.

Bluey enseña a Bingo a ser como ella.


Bingo y papá se enfrentan a una urraca que protege su nido.

Bluey enseña a Bingo a usar la magia.

Papá intenta enseñar a Bluey a jugar al ajedrez.

Papá, Bluey y Bingo juegan al corderito.

Mamá y papá tienen que hacer las tareas de la casa.

El padre de Lucky cambia las reglas del juego.

Jack juega a que es un marinero de camino a casa.

Bluey y Bingo juegan a los restaurantes con su abuelo.

Las niñas juegan a las cafeterías para que Bingo pueda comer tarta paulova.

Bluey mancha de barro la casa.

Las niñas hacen pizzas de barro.

Bluey juega a conducir con mamá.

Bluey y Bingo están hartas de que les digan lo que tienen que hacer, así que le piden ayuda a su amiga gigante invisible para que sus padres vean quién manda. Ahora, pueden hacer todo lo que quieren… Hasta que papá y mamá se rebelan.

Bluey promete a su clienta Bingo "el mejor viaje de la historia" en una partida de Avistamiento de Ballenas, pero necesitan que papá y mamá participen y están demasiado cansados para jugar después de una larga noche.

Cuando Bluey acusa a su padre de haberse tirado un pedo en su cara, la madre convoca un juicio familiar para aclarar lo sucedido.

A Bluey y Bingo les encanta chatear por vídeo con Muffin y Socks para poder hacer dibujos juntas. Cuando Muffin no le da el turno a Socks, las niñas descubren lo que pasa cuando se acapara.

El padre de Bluey y Bingo acepta llevarlas a comprar un helado si consiguen llevarlo hasta el coche. El único problema es… ¡Que se pone en modo muñeco de trapo!

Papá les cuenta a Bluey y a Bingo un cuento de hadas de la vida real acerca de la infancia en un lugar salvaje llamado "los 80" que trata sobre un niño que fue maldecido por ser malo con su hermano pequeño.

Ha sido un día muy largo y Bluey y su familia están cada uno a lo suyo y de mal humor, así que su madre los pone a todos a jugar a las Estatuas musicales.

Indy piensa que no se le da nada bien porque el caballo de plastilina que ha hecho parece una vaca, pero Calipso la anima para que no se rinda, y ella intenta arreglarlo con la ayuda de Winston.

Bluey y Bingo enseñan a Unicorsio a comportarse para que su madre acepte salir con él, pero todo se tuerce cuando Unicorsio se come una garrapata.

Bingo se encuentra una tortuga de peluche en los columpios y quiere llevársela a casa, pero su padre le dice que eso no está bien.

Brandy, la hermana de mamá, viene de visita y les trae a las niñas un pijama de regalo. ¡El efecto que causa en Bingo es sorprendente!

Bluey y Bingo se esconden bajo la casa y espían a dos misteriosos obreros que trabajan en el patio trasero.

Muffin juega a ser la abuelita gruñona en un mercadillo y obliga a su tío a empujarla en una moto para gente con problemas de movilidad. Cuando aparece una abuela gruñona de verdad y decide comprarlo, Muffin negocia.

Mackenzie, Jack y Rusty juegan a ser unos astronautas que se van en misión a Marte. Sin embargo, durante el viaje, Mackenzie desaparece varias veces y nadie sabe por qué: ¡Ni siquiera él!

Bluey y Bingo quieren a papá para ellas solas hasta que descubren que tiene algunas costumbres asquerosas.

Judo quiere jugar en la tierra con Bluey y Bingo, pero no puede ensuciarse.

Lucky, Chuky y su padre van a casa de los Pastor para ver juntos la final de rugby.

Bluey y Bingo construyen una casa muy especial para Kimjim, su muñeco de peluche.

Bingo juega a ser la empleada nueva de Bluey mientras su padre entrena en el jardín. Bluey, que es la jefa, le enseña a Bingo la oficina y su padre hace más ejercicio que en toda su vida.

Bluey y Bingo prefieren jugar a explorar el apartamento de las vacaciones a relajarse en la playa con su madre.

En un viaje a la playa, Chili enseña a Bluey a lanzar palos. Mientras Bingo y su padre usan la imaginación cuando se encuentran un palo con forma de cabeza de pájaro.

Cuando Bandit le dice a Bluey que se acabe el desayuno, ella quiere saber por qué su padre siempre le está mandando.

Bluey le pide a su padre que la ayude a dibujar un dragón para su cuento, pero a él no se le da muy bien dibujar.

En el cole, Coco quiere jugar con Indy a las "Chicas del bosque", pero Chloe quiere que juege a otra cosa.

En la farmacia, Bluey, Bingo y sus amigos se divierten gracias a los monitores de las cámaras de seguridad.

Bingo y Lila tienen muchas ganas de deslizarse por su pista de agua nueva, pero tienen que ir con cuidado para no aplastar a ningún bichillo.

Se celebra un partido amistoso de críquet en el barrio y ninguno de los padres puede eliminar a Rusty, que ha pasado muchas tardes perfeccionando su técnica de bateo.

Papá se hace pasar por un agente inmobiliario que le vende la casa de las abuelitas a mamá. ¡Pero Juana y Rita no quieren mudarse!

Bluey y Bingo quieren que papá juegue dos juegos diferentes, así que papá intenta jugar a ambos al mismo tiempo.