Grizzy y los lemmings: Lista de episodios

Mientras Grizzy está absorto en el móvil del guardabosques, los lemmings intentan recuperarlo para usar la aplicación de música.

Cuando un misterioso huevo eclosiona en el jardín de Grizzy, debe aprender a tolerar al nuevo miembro del equipo de los lemmings.

Grizzy quiere ponerse en forma para impresionar a una osa, pero antes deberá echar a los lemmings de los aparatos de gimnasia que usan como parque de atracciones.

Los lemmings no pararán hasta hacerse con el chocolate para untar preferido de Grizzy, incluso intentarán asaltar la nevera sin despertar a la fiera.

Cuando Grizzy invita a su amiga osa a tomar palomitas en la cabaña, tiene primero que luchar con los lemmings para hacerse con el aperitivo.

La competición por el radiocasete del guardabosques se endurece cuando Grizzy quiere usarlo para sus clases de salsa, pero los lemmings tienen otra idea en mente.

Grizzy y los lemmings se disputan la nueva aspiradora del guardabosques: ¿para jugar con ella o para darse masajes?

Grizzy controla toda la cabaña con un moderno mando a distancia. Ahora tiene el poder de librarse de los lemmings, pero algo podría salir mal.

Grizzy solo quiere echarse la siesta. Pero se las tiene que ver con los hiperactivos lemmings cuando descubren lo divertido que es el sofá.

La cabaña está llena de pulgas y Grizzy está dispuesto a librarse de los molestos bichitos, pero los lemmings se niegan a desinfectarse.

Con la llegada de una segunda ola de calor, los lemmings utilizan las últimas botellas de agua para la piscina mientras Grizzy intenta saciar su sed.

Grizzy le tiene miedo a las arañas, lo que complica su intención de librarse de una cuando los lemmings usan su tela para dar botes.

Grizzy y los lemmings se enfrentan en una ardua lucha por ganar el premio gordo: un bote enorme de Yummy.

Grizzy provoca un apagón, así que los juerguistas lemmings tienen que buscar otra fuente de alimentación para continuar la fiesta.

Tras un día horrible plagado de frustración y momentos vergonzosos, Grizzy encuentra un trébol de cuatro hojas que quizá mejore su suerte.

Para hacer feliz a su amada osa, Grizzy le trae flores. ¿Podrá olerlas si los lemmings siguen jugando en el estiércol?

Cuando Grizzy adopta a un bebé mapache, le toca proteger a la pequeña criatura de los peligrosos juegos de los lemmings.

Grizzy descubre el videojuego de carreras del guardabosques y los lemmings hacen lo imposible para adueñarse del joystick.

Cuando una ola de calor insoportable azota Nutty Hill, Grizzy se resguarda en un frigorífico lleno de lemmings.

Grizzy va a preparar un gran festín, pero descubre que los lemmings se han terminado todos sus deliciosos ingredientes.

Grizzy sufre una crisis de identidad tras un tropiezo con una sartén. ¿Conseguirán los lemmings que vuelva a su ser?

Cuando Grizzy se sienta a ver la tele, descubre que la última y alocada idea de los lemmings provoca muchas interferencias.

Los lemmings engañan a Grizzy con un poderoso imán y él aprovecha sus jugarretas para impresionar a su amada osa.

Grizzy se vuelve loco cuando cree que su osa se ha convertido en rana cual cuento de hadas. Pero los lemmings traman otras aventuras con su amiga saltarina.

Grizzy prepara palomitas para su amor. Para evitar que los lemmings se las quiten, crea un robot que se parece a él para distraerlos.

Tras golpearse la cabeza, la osa está convencida de que es una lemming. Grizzy debe luchar con los roedores para que su nueva compañera de juegos recupere la razón.

Un meteorito cargado de bayas hace que una perdiz no pare de crecer. El pájaro gigante, que es un sueño para los lemmings, es una pesadilla para Grizzy.

Los cántaros mágicos de indígenas norteamericanos tienen fascinado a Grizzy. Es cuestión de tiempo hasta que los traviesos lemmings las descubran.

Un antiguo cetro convierte a los lemmings en fieles sirvientes de Grizzy. Solo uno de los roedores podrá deshacer el hechizo.

Grizzy intenta hacer una escultura de madera para la osa que le gusta, pero los lemmings aprovechan un despiste para mordisquear la obra y convertirla en un tobogán.

Los lemmings hacen una fiesta de cumpleaños sorpresa para cada uno de los suyos. ¿El objetivo de Grizzy? Arruinar las festividades.

Una ráfaga de aire hace que la osa pierda su flor del pelo. Grizzy intenta recuperarla, pero los lemmings la quieren para hacer de las suyas.

Otro día de ver la tele y relajarse interrumpido por los lemmings. Esta vez, sus jugarretas incluyen globos aerostáticos y un tanque de helio.

Grizzy se relaja a más no poder en el nuevo sillón reclinable del guardabosques... hasta que los lemmings lo transforman en su zona de juego multiusos.

Cuando un pasadizo secreto los lleva hasta el mapa de un tesoro, Grizzy y los lemmings están dispuestos a encontrar el delicioso botín.

Grizzy encuentra un viejo cronómetro que hace retroceder el tiempo y, por fin, logra aventajar a los lemmings. Al menos, temporalmente.

La osa ve a los lemmings hacer kitesurf y Grizzy intenta ser más impresionante que ellos con una gran cometa.

Los lemmings se dan cuenta de que los agudos sonidos de la flauta paralizan a Grizzy y la utilizan para robarle la deliciosa crema de chocolate Yummy.

Justo cuando Grizzy se sienta a ver su documental preferido, los lemmings hacen de las suyas con una bomba eólica, una antena de TV y el tejado.

Grizzy descubre que a su amada osa le impresionan las construcciones con bloques de madera, así que erige una estructura colosal.

Los lemmings se han convertido en maestros de las artes marciales. Grizzy debe estudiar para convertirse en profesional y contraatacar.

Los lemmings hacen una fiesta a todo volumen mientras Grizzy intenta volver a dormirse y seguir soñando que es un valiente caballero.

A Grizzy se le ha acabado el suministro de Yummy, pero se ve capaz de seguir su complicada receta y crear una crema aún más sabrosa.

Grizzy se agobia cuando desaparece el diamante del anillo del guardabosques, hasta que descubre que los lemmings lo están usando de peonza.

Tras recibir una descarga eléctrica de un ordenador, Grizzy se vuelve muy listo y planea usar su nueva inteligencia para deshacerse de los lemmings.

Sin querer, Grizzy frustra los planes de los lemmings, que iban a hacerse la merienda con el último bote de crema de chocolate.

Grizzy trata de imprimir una selfi con el nuevo equipo del guardabosques. Pero la nueva obsesión de los lemmings con los aviones de papel se interpone en su camino.

En esta aventura, Grizzy y los lemmings trabajan en equipo para investigar la desaparición de una caja repleta de su delicia favorita.

Los lemmings se encierran dentro de la cabaña para hacer una fiesta y Grizzy se cuela sin invitación.

Un sorbito de refresco y un paquete de alubias mágicas y los lemmings se transforman en peludas bolas saltarinas. E interrumpen la siesta de Grizzy.

Para impresionar a su amada osa, Grizzy aprende a tocar "Para Elisa" de Beethoven en un viejo piano antes de deshacerse de él.

Los lemmings descubren un láser misterioso que reduce y multiplica objetos, así que persiguen a Grizzy para probarlo con él.

Grizzy y los lemmings se pelean por una máquina tragaperras que da huevos con estupendos premios, como cohetes y un collar de flores.

Grizzy usa el nuevo dispositivo del guardabosques para hacerse más listo. Pero, primero, tiene que aprender a librarse de sus pesados huéspedes.

Grizzy y los lemmings descubren una vieja fiambrera atrapada en una rama en el acantilado y rememoran la primera vez que se conocieron de pequeños.

Los lemmings descubren un nuevo experimento químico con el que entretenerse, pero Grizzy no puede ver la televisión por su culpa y los detiene.

Una perdiz ladronzuela se ha llevado el mando de la tele, así que Grizzy pide ayuda a los lemmings para recuperar su preciada posesión tecnológica urgentemente.

Grizzy y los lemmings persiguen mariposas por distintos motivos. Él las quiere para hacerle un regalo romántico a su amada. Ellos, para jugar al helicóptero.

La batalla por unas deportivas se intensifica cuando Grizzy descubre lo cómodas que son y los lemmings, lo bien que botan.

Grizzy hace de canguro del osezno de su amada y los lemmings lo inflan a refrescos. Risas y eructos asegurados.

Grizzy esconde su comida en una caja fuerte a prueba de ladrones y los lemmings quieren abrirla a toda costa, aunque sea de forma ridícula.

Grizzy ve cómo un mago transforma una perdiz en un ramo de flores, así que decide aprender magia para hacer desaparecer a los lemmings.

Hace un calor sofocante y Grizzy sueña con comerse un helado fresquito. Pero los lemmings se han terminado su delicia polar.

Los lemmings se enganchan a un juego de realidad virtual y Grizzy se vuelve adicto a la aplicación de pesca de salmón.

Nada se interpone entre Grizzy y su salmón, excepto un bloque de hielo. Para descongelarlo, tendrá que quitarle el secador a los lemmings.

El sueño de los lemmings de alcanzar las estrellas puede hacerse realidad gracias a unos fuegos artificiales que los pondrían en órbita. Pero despertarían a Grizzy.

Mientras los lemmings saborean el último bote de Yummy sin que los vean, Grizzy entrena a un mapache para que encuentre la dulce crema de chocolate con el olfato.

¿Abandonar el sofá? Ni hablar. Grizzy se vuelve un experto vago gracias al robot teledirigido de los lemmings, que ahora es su sirviente personal.

Los ronquidos de Grizzy emiten las vibraciones perfectas para que los lemmings boten. Cuando el oso deja de roncar, ahí entra su ingenio.

La piñata de cumpleaños del guardabosques hace de diana para Grizzy y de columpio para los lemmings. Lo importante es quién se hará con el control.

Tras descubrir un juego mágico, Grizzy y los lemmings acaban dentro del tablero y experimentan las aventuras en su propia piel.

Grizzy se da cuenta de que los lemmings obedecen a una gran marioneta peluda, así que se aprovecha de ello.

Los lemmings utilizan malvaviscos a modo de trampolín. Grizzy les ignora hasta que prueba una de las esponjosas delicias.

Grizzy debe adecentarse antes de darle un regalo a su amada. El problema es que los lemmings están utilizando la pastilla de jabón como trineo.

Una extraña estatuilla provoca que Grizzy y un alce se intercambien el alma. Para volver a sí mismo, se la tendrá que quitar a los pesados lemmings.

Grizzy descubre un espejo de mano digno de una princesa y acaba en una utopía salida de sus mejores sueños.

Los lemmings descubren un palo mágico que da vida a los objetos y Grizzy planea robarlo para hacerse la vida más fácil.

Un pequeño paso para los lemmings es un gran paso para Grizzy. Unos fuegos artificiales explotan en la cabaña y provocan que los animales viajen hasta la Luna.









































































































































































































































