Marzo de 1988. Antonia, una joven de 19 años y embarazada de cinco meses desaparece. Nueve años después, su desesperada madre contacta con un programa de radio en el que una vidente le dice que su hija fue asesinada. Inmediatamente, un investigador privado se pone en contacto con la familia y desinteresadamente intenta averiguar qué ha sido de la joven. Lo último que se sabe de ella es que se había fugado con su novio para casarse, pero él se arrepintió y volvió a casa. Desde entonces se desconoce su paradero

Él sufrió más de 30 puñaladas. Ella fue degollada. Así murió el 10 de enero de 1996 un matrimonio a las puertas de su domicilio en el zaragozano barrio del Picarral. Eran las cinco de la mañana. No hubo testigos.

Es enero, 1990, y el frío hace que cada vez sea más extraño no saber nada de su madre. Desconfiado, Jaime decide acudir a visitarla a su propia casa. Al cruzar la puerta, un gran charco de sangre devolverá a la más terrible realidad al aterrorizado hijo.

Piedad era muy conocida en el barrio del Gancho, en Zaragoza. Sus generosas propinas a los chiquillos que le ayudaban a subir las bolsas de la compra le hacían popular. En 1987 apareció asesinada en su domicilio con un cojín bajo la cabeza ensangrentada, dispuesta para un descanso eterno.

11 de agosto de 1997. Una mujer cruza la puerta del vestíbulo de la Jefatura Superior. Es Francisca, está manchada de sangre y dice que en su casa ha habido una fuerta pelea. Mientras, en la Comisaría de Delicias, su hermano Fernando confiesa que ha matado a su cuñado.

Tras un encuentro contra el Hércules en el Camp Nou, Enrique Castro Quini, el máximo goleador del Barça en 1981, se va a su casa como cada noche después de un partido. Pero el futbolista es secuestrado a las puertas de su domicilio. Pasará 25 días encerrado.