Cuando Jose Menendez y su mujer, Kitty, aparecen asesinados en su lujoso hogar de Beverly Hills, sus hijos Lyle y Eric se convierten en los principales sospechosos del crimen. Los agentes Les Zoeller y Tom Linehan son los responsables de la investigación.

Los agentes Zoeller y Linehan comienzan a interrogar a los amigos y conocidos de los hermanos Menendez. Por su parte, Erik, el menor de los hermanos, le hace una sorprendente confesión a su psicólogo, el doctor Oziel.

Tras ser detenidos Lyle y Erik como sospechosos del asesinato, su defensora, Leslie Abramson y su ayudante, Jill Lansing, trabajan incansablemente con el fin de encontrar un móvil que llevara a los hermanos a asesinar a sus padres.

Después de admitir que son los asesinos, Erik y Lyle empiezan a divulgar detalles sobre los abusos psicológicos y sexuales a los que, según ellos, les sometían sus padres. Sin embargo, la ausencia de pruebas tangibles complica el trabajo de sus abogadas defensoras.