La tímida Eun-jae acaba de llegar a la residencia Belle Epoque de Seúl. En seguida decide que sus cuatro compañeras son tan frías como la ciudad.

A pesar de que está prohibida la entrada de chicos en la casa, Ye-eun encuentra ropa interior masculina. Después de mucho dudar, decide esconderla.

Cuando descubre el secreto de I-na, Ye-eun dice que no puede vivir en la misma casa que ella. Mientras tanto, I-na conoce a un extraño en un bar.

Además de asistir a clase, Jin-myung trabaja de sol a sol para mantenerse. No tiene tiempo para el amor, pero un compañero de trabajo no para de lanzarle indirectas.

Las chicas de la residencia Belle Epoque deciden celebrar una fiesta e invitar a chicos para ahuyentar al fantasma de la casa.

Aunque la fiesta no es un éxito, las chicas hacen que sea memorable porque se descubren algunos secretos a la vez que dejan algunas incógnitas en el aire.

El dinero siempre ha sido un problema para Jin-myung, pero cuando le llega una prometedora oferta de trabajo, se enfrenta a una difícil situación.

Parece ser que hay un tipo merodeando por Belle Epoque de noche y cada una de las chicas tiene una idea de quién podría ser.

Mientras que la madre de Eun-jae está de vacaciones, la joven descubre algunos detalles sorprendentes sobre su familia.

A Ji-won le preocupa que por culpa de la mentira que inventó, algunas de sus compañeras estén tomando unas decisiones muy drásticas.

Ye-eun desaparecida, la madre de Jin-myung metida en un lío legal, Eun-jae a la espera de los resultados de la autopsia... malos tiempos para Belle Epoque.

Hay cosas que es mejor no saber, algunas personas nunca cambian y algunos problemas nunca se resuelven: estas son las conclusiones a las que han llegado nuestras chicas.

Jin-myung se emociona al ver que sus compañeras han ido a recogerla al aeropuerto, aunque por alguna razón, no parecen contentas de verla.

La casera de la residencia presiona a las chicas para que busquen una nueva compañera, así que al cuarteto no le queda más remedio que rebajar sus exigencias... y mucho.

Mientras Eun-jae y Ye-eun le plantan cara al estrés que conlleva un nuevo semestre, Ji-won sigue tan animada como siempre, pero hay algo que la preocupa.

Ji-won, Ye-eun y Eun-jae se llevan un gran susto al encontrar a un desconocido en su cuarto de baño, aunque Jo Eun parece especialmente afectada.

Jo Eun trata de precisar qué tipo de amistad tiene con Ye-ji. Eun-jae está desesperada intentando arreglar el asunto del mensaje que le envió a Jong-yeol sin querer.

Ye-eun les enseña a sus compañeras algunos trucos para conquistar chicos. Ji-won los pone en práctica con Sung-min para que le ayude a recobrar parte de sus recuerdos.

Ye-eun sospecha que fue Kwon Ho-chang quien envió el desagradable mensaje y le pide ayuda a Ji-won para tratar de desvelar qué clase de persona es.

Tras enterarse de una preocupante noticia sobre el exnovio de Ye-eun, las chicas hacen piña para recordarse a sí mismas que deberán ser especialmente cuidadosas.

Ye-eun está segura de ser la destinataria de la carta. Ji-won, Eun-jae y Jo Eun van a la librería para localizar al dueño del libro que contenía dicha carta.

Las chicas no logran consolar a Ye-eun, pero la visita sorpresa de I-na les viene muy bien. Además, I-na proporciona algunas pistas sobre la procedencia de la carta rosa.

El agresor no identificado exige saber por qué las chicas buscaban a "Joanne" y facilita una pista clave sobre la carta.

Jin-myung pone a Ji-won como excusa para convencer a las chicas de ir a recoger manzanas. En realidad, a todo el mundo le vendrá bien un descanso.

Cuando vuelve de su cita con Jong-yeol, Eun-jae se encuentra con una pequeña fiesta que le han organizado sus compañeras. Ji-won visita a su profesor de arte en primaria.

Finalmente, todas las piezas de los recuerdos de la infancia de Ji-won encajan en su sitio. Entretanto, Jin-myung está agobiada por la "promesa" que le hizo a Heimdal.