Es el cumpleaños de Rodrigo, el hijo de Salva y Estela, y en el transcurso de la fiesta de celebración llega una visita sorpresa: Ana, la mejor amiga de Estela. Aunque Salva intenta impedirlo sucede lo inevitable: Ana confiesa entre lágrimas que se ha acostado con él. A partir de este momento, la “perfecta” vida de Salva da un vuelco. Estela no se lo piensa dos veces y le echa de casa, así que decide alojarse temporalmente en casa de su madre.

Salva se resiste a dar su matrimonio por perdido e intenta conseguir que Estela le perdone. Sin embargo, ante el continuo rechazo de la chica, Salva intenta encontrar un "trapo sucio" de su esposa por donde poder pillarla. Ella fue azafata y está convencido de que habrá cometido algún desliz. Por si esto fuera poco, sus amigos le dan una solución un poco "indecente" para recuperar a su esposa.

Salva se siente muy desilusionado: ha firmado los papeles del divorcio por impulso y ahora se da cuenta del error, ya que Estela se quiere quedar con todo. Salva quiere volver atrás pero no sólo no lo consigue sino que también se entera de que Estela pretende quitarle hasta el coche. A pesar de todos sus problemas, el chico intenta centrarse en lo más importante, su hijo Rodrigo.

Salva comienza a preocuparse cuando comprueba que los despistes de su madre son continuos. En los últimos días, la mujer casi inunda la casa al dejarse un grifo abierto y sufre un desmayo cuando se encuentra en la peluquería. Sin embargo, en lugar de ayudarle, algunos aprovechan el lado bueno de que a Rosa se le esté empezando a ir la cabeza.

Rosa se encuentra en el hospital para someterse a una sencilla intervención. Sin embargo, ella opina que la situación es más complicada de lo que parece y Salva aprovecha la oportunidad para acercarse más a ella. Por otro lado, Cris, ajena a la posible reconciliación, se encuentra decidida a dar el paso definitivo con él.

Mejías cuenta a Zaca todas las ventajas de trabajar en una plataforma petrolífera y éste cree haber encontrado el trabajo de su vida. Pero Merche se lo pondrá difícil cuando descubra que se ha gastado todos sus ahorros en un curso para irse a trabajar al Mar del Norte. Todas las tensiones que se han creado entre todas las parejas llegan hasta Salva aunque él no se da por aludido. Intenta recuperar a Estela y su casa pero deja de lado a Cristina y no entiende por qué ella se enfada.

En vísperas de su cumpleaños, Agapito recibe una mala noticia: los médicos le advierten que cuide sus pulmones. Sin embargo, nunca ha probado el tabaco y llega a la conclusión de que los malos humos del bar pueden estar dañando su salud. Prohibir fumar en el establecimiento parece ser la única solución, pero la drástica medida no cuenta con la aceptación de los clientes. Agapito piensa en retirarse y dejar el bar a Cristina que no parece ver la estrategia con muy buenos ojos. Salva se ve cada día más lejos la reconciliación con Estela, sobre todo después de que ésta ha decido retomar su trabajo de azafata. Debido al estrés, a Merche comienza a caérsele el pelo. Agobiada, decide ponerse en manos de Pili y sus terapias de relajación para salvar su cabello. Sin embargo, a su familia no parece entusiasmarle su cambio.

Salva debe ayudar a su empresa con un importante negocio. Su jefe está haciendo tratos con una importante ejecutiva noruega a la que debe entretener y hacer disfrutar de la ciudad para que se anime a firmar el contrato. Por otro lado, Salva debe compaginar sus tareas de guía turístico con los cada vez más vivos sentimientos que siente hacia Cristina. Su relación comienza a alejarse de la simple amistad y el joven está dispuesto a declararse. Josete comienza a trabajar de encargado en el bar de su padre. Sin embargo, lo que parecía que iba a ser un trabajo sencillo se está complicando demasiado y las medidas que decide adoptar no parecen muy acertadas.

Pili ha invitado a la boda a un antiguo novio, Diego. Josete no está de acuerdo con esta invitación, ya que el joven se ha convertido en todo lo que él había anhelado durante su vida: es guapo, atento y tiene un puesto de funcionario en el Ministerio de Medioambiente. Sin embargo, el que realmente comienza a preocuparse con la llegada del invitado es Salva, que ve cómo Cristina intenta demostrarle junto a Diego que puede vivir sin él.

Rita y Genaro, los padres de Merche, llegan a la ciudad. Rita no es precisamente una mujer encantadora y Pili, que ha sufrido ya su trato, escucha una extraña conversación telefónica de la madre de Merche. A través de Pili y sus cartas se descubre que Rita tiene un amante, lo que supondrá una crisis familiar en toda regla.