Año 1333, el shogunato de Kamakura se desmorona. Ashikaga Takauji, uno de los vasallos de confianza del shogunato, lo traiciona y organiza una rebelión. Hojo Tokiyuki, heredero legítimo, logra huir de la masacre junto a un sacerdote sintoista llamado Suwa Yorisige y llega hasta Kamakura.

A Kunitoki, el hijo mayor del shogun, lo dejan a cargo de su tío Godaiin Muneshige para que le proteja de los guerreros enemigos. Sin embargo, Godaiin tenía otros planes para él.

Yorishige Suwa intenta convencer a Tokiyuki de que realmente tiene poderes divinos para que se aplique en sus estudios. Esta vez, el joven aprenderá una lección enfrentándose a una bestia salvaje en la montaña.

Pese a sus esfuerzos, nuestro joven protagonista no tiene mucha destreza con la espada, pero destaca más con el arco, así que lo aprovecha junto a su agilidad. Es entonces cuandoa parece Sadamune, el recién nombrado Protector de Shinano.

Tokiyuki se enfrenta a su nuevo rival y no tarda en descubrir que le supera por mucho, pero eso no impide que disfrute del duelo y los ojos le brillen de emoción.

Sukefusa Ichikawa se percata de la presencia de los dos niños en la mansión Ogasawara. ¿Lograrán deshacerse del mandato del emperador y huir antes de que los atrapen?

Aunque una tregua ha supuesto una pausa en el caos que invade al país, las escaramuzas no se detienen y una nueva crisis se cierne sobre Suwa.

Tokiyuki se dirige hacia el extremo norte del territorio de Suwa, donde conoce a un hombre llamado Fubuki que protege en solitario una aldea donde las fuerzas de Ogasawara acabaron con todos los adultos.

Tokiyuki pone en práctica con éxito la técnica que le enseñó Fubuki. Solo deberá huir hasta que su oponente se desangre para vencer a este perseguidor.

Yorishige le dice a Tokiyuki que a veces no puede ver el futuro. Como algunas personas han llegado a confiar en la reputación y el poder de Yorishige como dios, este no puede revelar este defecto a nadie. Pide ayuda a Tokiyuki y, juntos, todo tipo de ideas para que Yorishige recupere su poder sagrado.

Hoshina y su ejército deciden retirarse de Kawanakajima tras escuchar lo que Tokiyuki y Saemontaro Shinomiya, un guerrero de la secta Suwa, tenían que decir.

Tokiyuki se queda atrás con su arco para asegurar la huida y Kojiro recorre el campo de batalla ayudando a quien puede. En sus viajes se topará con Yonemaru Wada, un oponente que no será nada fácil.