La guerra ha terminado. Vidkun Quisling y sus ministros negocian con la policía la transferencia del poder gubernamental. El movimiento de resistencia (Milorg) quiere recluir a Quisling en prisión.

Quisling está en prisión. María vive escondida en un apartamento en Frogner. El pastor Peder Olsen intenta que Quisling reconozca sus malas acciones.

Quisling debe defenderse en múltiples frentes. Su abogado quiere declararlo demente, mientras que la fiscalía solicita la pena de muerte.

Quisling está profundamente afectado por su encarcelamiento y tratamiento psiquiátrico. Su abogado busca la ayuda de María para presentarlo como una persona humilde.

Se dicta el veredicto. María lucha contra el estado noruego, intentando conseguir el indulto para Quisling. Peder intenta que Quisling confíe en Dios.