Impresionada por el carné falso de Zoe, Becca le pide uno para ella... poniendo en marcha la trama criminal subsiguiente. Al menos, así es como lo recuerda Zoe.

Becca cuenta su versión de la historia y rememora cómo empezó el negocio de los carnés falsos, aduciendo que todo fue idea de Zoe.

Zoe y Becca hacen lo imposible por fabricar cientos de carnés falsos en un plazo corto, pero a medida que pasa el tiempo surgen los problemas... y las amenazas.

Mientras Zoe se desmorona ante las presiones de producción y un plazo a punto de vencer, Becca hace gala de su olfato empresarial al resolver sus problemas con ingenio.

Un ajetreado día en la vida de Tryst revela cómo compagina varios negocios para dejar de trapichear. ¿Podrá la visión empresarial de Zoe y Becca ayudarle con su objetivo?

Cuando la nueva empleada Sally pierde una bolsa llena de carnés falsos por accidente, Zoe y Becca tratan de encontrarla antes de que caiga en las manos equivocadas.

Zoe y Becca, preocupadas por las consecuencias que pueden acarrear los carnés, trazan un plan por si surgen problemas. Pero la presión creciente amenaza su amistad.

Zoe llama la atención de otras personas cuando su nivel de autoestima sube al tener que asumir cada vez más responsabilidades en casa y en la oficina.

Becca, inmersa en sus problemas sentimentales, tiene una conversación con su padre. Después, las chicas se reencuentran con Sally y se replantean su acuerdo con Tryst.

Una fiesta es la coartada perfecta para que las chicas trasladen todo su equipo. Tryst recurre a medidas desesperadas cuando sus propios planes salen mal.