Tras años de intentar conseguir un bebé mediante fecundación in vitro casi acaban con la vida de Elin y Bjørn. Pero Elin no puede renunciar al sueño. Como directora de su propia clínica de fertilidad, está a la caza de oportunidades.

Elin se trata en secreto, mientras ella y Bjørn se casan, porque queda mejor en la solicitud de adopción. Pero para completar el tratamiento de fecundación in vitro, Elin necesita la ayuda de un médico, y la única persona a la que puede pedírsela es su ex marido.

La doble vida de Elin es exigente. En su vida privada, está en proceso de adopción. En el trabajo, tiene en marcha un intento ilegal de fecundación in vitro. Cuando Elin traiciona a Stella en su noche de estreno, Bjørn descubre que está mintiendo y le da un ultimátum.

El proceso de adopción se ha atascado y Bjørn vive en el barco de un amigo. Elin tiene poco que perder estirando un poco más la cuerda. Quiere probar con los óvulos de su amiga Maiken, pero se ha quedado sin el esperma de Bjørn.

Bjørn y Elin quieren empezar de nuevo, pero Bjørn echa de menos a Stella. Después de toda la locura, Stella sólo quiere quedarse con su madre Renate. Bjørn hace todo lo posible por recuperarla. Al mismo tiempo, el ex de Elin exige vender la compañía Bee a una empresa estadounidense.

Bjorn está asustado por su hija y no puede ver a Elin. Busca frenéticamente soluciones. Stella necesita médula ósea de un donante como ella. No tiene hermanos. Pero, ¿podrán hacer uno?

Bjørn y Renate van a España para dejar embarazada a Renate. Elin no puede ayudarles. Pero, ¿lo habría hecho si hubiera podido? Un plan tras otro se tuercen hasta que todo se reduce a Elin.

El plan es tan absurdo como ilegal. No se puede hacer en otro sitio que no sea la empresa Bee. Y el procedimiento es complicado. Elin necesita la ayuda de su ex marido. Y para conseguir convencerle, tiene que ofrecerle lo que más quiere.