Después de un coctel de alcohol, sexo y drogas, Sami se despierta al lado de una chica que ha sido cosida a puñaladas. Un policía y una abogada, viejos enemigos íntimos, se ocupan del caso.

Sami descubre la prisión, un cordero en un mundo de lobos. Al mismo tiempo, Jeff continúa su investigación y descubre algunos detalles inquietantes.

El descenso a los infiernos continúa para Sami. La discusión en el bar saca a la luz la compleja personalidad de Gloria, una gran consumidora de drogas, algo que sorprende a sus padres.

En prisión, Sami se ha transformado en un auténtico convicto. Tatuado, rapado y musculado, poco queda del aplicado estudiante que era en el pasado.

Para cuando comienza el juicio en el Assizes, Sami parece cualquier cosa menos un hombre inocente. En el segundo día todo parece perdido.

Gracias a nueva información, Isabelle anuncia un testigo sorpresa y desarrolla una novedosa tesis ante el público y el juez. El jurado llega finalmente a un veredicto.