De mente abierta, idealista, divertida y segura de sí misma, Sandra es la que da el primer paso con Marcos, el compañero de clase del que está enamorada. Junto con Raúl, un chico nuevo un poco friki, forman un grupo de amigos muy distintos pero deseosos de encontrar su sitio. De repente, sus ilusiones se ven desbaratadas por un terrible incidente: el padre de Marcos aparece asesinado y todo apunta a que su hijo, un chico aparentemente normal, es el responsable.

Nacho es el hermano mayor de Marcos, con el que mantiene una relación complicada. Estudioso y responsable, es incapaz de rebelarse contra el ambiente opresor que se vive en casa. Pero en el fondo también quiere volar lejos. Por ahora, su prioridad es ir a la universidad, mientras sigue acatando los dictámenes de su padre. La muerte de la madre en accidente de tráfico acrecienta la rivalidad entre Nacho y Marcos, pues ambos se culpan de la tragedia.

Raúl acaba de llegar al instituto. Sobreprotegido por su madre, intenta salir del cascarón y encontrar su sitio. Parece el típico friki, pero Sandra y Marcos ven en él un chico entusiasta y divertido, con peculiares gustos musicales. Pronto se enamora de Sandra, pero sabe que a ella le gusta Marcos. También Raúl se siente atraído por él y no entiende por qué no pueden quererse los tres. Sufrirá un duro golpe con la detención de Marcos por el asesinato del padre.

Marcos es acusado de la muerte de su padre, asesinado a golpes con la máquina de escribir con la que éste le obligaba a hacer los deberes. Él es un chico sin problemas aparentes, casi un líder, y nadie se explica lo sucedido. Sólo Álvaro, su profesor de Literatura, le ayudará a aceptarse a sí mismo y a iniciar el camino de superación. Días antes del terrible suceso, Marcos disfruta con sus amigos, Sandra y Raúl, de los mejores momentos de su vida.