Richard y Tory han naufragado en algún lugar del Pacífico y deben usar toda su inteligencia para sobrevivir, sin nada más que los restos de su barco y sus manos. Pero antes de construir el refugio más grande de la historia de los refugios, el primer reto que deciden afrontar es: ¡construir un coche de madera!

Una vez capturado el intruso, y tras darse cuenta de que no los van a rescatar, los chicos deciden mejorar aún más su isla paradisíaca e incorporan energía hidroeléctrica a su casa del árbol frente a la playa. Tory quiere usar la electricidad como señal para los barcos que pasan, pero Richard prefiere que el hogar sea más cómodo.

Aunque Richard está más que contento en su paraíso de náufragos, Tory sigue decidido a salir de la isla. Juntos crean un audaz proyecto acuático en busca de la libertad, pero ¿se hundirán sus sueños de salvación sin dejar rastro?

Mientras Tory gestiona su desesperación creando señales de socorro, Richard hace lo posible por animarlo con un dispositivo automático de captura de peces y una serie de inventos para celebrar el 4 de julio. ¿Verán desaparecer su duro trabajo como si fuera humo?

Tory y Richard no se soportan y se preparan para la guerra. La isla va a convertirse en un campo de batalla. Incluso Clarkson se involucra mientras los chicos construyen máquinas de guerra para luchar. Pero, ¿destruirán algo más que su amistad?

Tras la batalla, la pareja decide enterrar el hacha de guerra, dejar las armas y volver a sus herramientas para intentar por última vez escapar de la isla. En este mordaz episodio final, los chicos deciden que la huida es su única opción y se juegan el todo por el todo. ¿Conseguirán estos grandes hombres alcanzar la gloria o se agotarán sus esperanzas de volver por fin a la civilización?