Es el último día de las fiestas mayores de Gracia y en la calle en la que viven las protagonistas, tres hermanas de nombre Teresa (aunque de distintas santas), preparan un gran fin de fiesta. El piso de las Teresinas es elegido como lugar de ensayo.

En el piso de las Teresines se trabaja frenéticamente para poder entregar a tiempo el encargo para el Día de Todos Los Santos. Mientras, en la escalera huele a gas.

A mediados de noviembre las hermanas trabajan con un encargo especial de un material que se utiliza normalmente para los Santos Inocentes. En el piso de las Teresines se convoca la reunión anual de la comunidad de vecinos.

Las Teresines tienen mucho trabajo por Navidad. Mientras, llega a la escalera un nuevo vecino que el resto de los vecinos quieren conocer. Las Teresines, con su hospitalidad habitual, lo acogen en su casa.

Se acerca Carnaval y en el piso de las Teresines se trabaja cosiendo disfraces para unos grandes almacenes. Además se casa la hija de Angelina y Sebastià.

Hace frío, todavía falta para la Semana Santa y las Teresines reciben un encargo especial: bordar una mantilla para una virgen de una cofradía que han creado un grupo de andaluces que viven en Cataluña y echan de menos sus tradiciones.

Las Teresines hacen palmas para el Domingo de Ramos. Pepe y Rafa, la pareja del cuarto piso, piden a las Teresines un favor algo especial y ellas, sin saber decir que no, acaban accediendo.

A pocos días de San José la escalera de las Teresines huele a pólvora porque se dedican a preparar un pedido de cohetes chinos que tienen que enviar a Valencia. Paca, la vecina valenciana y presidenta del Casal Fallero de Gracia, prepara una falla en la plaza del Sol.

Es la vigilia de San Jorge y las Teresines colocan rosas en cajas de plástico para un supermercado que las regalará a sus clientes al día siguiente. Una de las hermanas ve un anuncio en el periódico en el que dicen poder conocer la pareja ideal de una persona con un sistema de ordenadores.

Las Teresines trabajan en un encargo de estampitas pintadas a mano cuando Tere, la hermana pequeña, se pone enferma y tienen que llamar al médico. La vecina de arriba, Montserrat, se va de vacaciones a Mallorca y, por equivocación, una de sus cartas acaba en el buzón de las Teresines.

Como todos los años, las Teresines reciben un encargo de pañuelos para los sanfermines de Pamplona. El trabajo coincide con la celebración del santo de una de las hermanas, que lo celebra en día de Santa Teresa de Portugal y sus amigos y vecinos la felicitan. Mientras, en el piso de al lado se instala una sauna relax de travestidos.

Ya es julio, hace calor y las Teresines están acabando un encargo de "manolas" para tiendas de souvenirs. Aprovechando que la vecina de la zapatería pinta su tienda, deciden pintar el piso y la convivencia entre los pintores, el encargo y las Teresines acaba resultando una mezcla explosiva.

Ya ha pasado un año, la fiesta mayor se acerca y los vecinos deciden decorar su calle.