La inseguridad de Laurie por el campeonato toma la forma de Goterón, una gota pensante.

Frank, un árbitro muy profesional, ve pasar la vida desde el banquillo, incapaz de bajar la guardia.

Rochelle, la catcher estrella, intenta ganar un dinerillo extra cuando más falta le hace.

Vanessa, una madre soltera y trabajadora, adora a sus hijos y recibir atención en redes sociales.

Obligado a ir a los partidos de su hermana, el imaginativo Ira se hace amigo de unos granujillas.

Yuwen, el pitcher más guay del equipo, entra en conflicto con su faceta más infantil y vulnerable.

Kai está feliz de haber hecho amigos en el equipo, pero casi se queda fuera de juego por una lesión.

El liderazgo del entrenador Dan es fundamental según se va acercando la final del campeonato.