Los Kinsella son una familia criminal pequeña pero unida en Dublín, Irlanda, cada vez más en desacuerdo con un poderoso cartel de la droga. Cuando el exaltado hijo de Frank Kinsella se ve envuelto en un violento enfrentamiento con uno de los hombres de Eamon, los Cunningham toman represalias.

Los Kinsellas lidian con las consecuencias de la relación de Cunningham, Frank intenta evitar una guerra total, mientras que Michael se debate entre ayudar a Jimmy a buscar su venganza y mantenerse por encima de la refriega para poder volver a ver a Anna.

Los Kinsellas entierran a uno de los suyos mientras se preparan para una guerra total contra los Cunningham, Michael y Jimmy ponen en marcha un plan de venganza y Amanda ordena su primer golpe.

Los muros se cierran; los Kinsellas están en la lista negra de Eamon Cunningham, pero la necesidad es la madre de la invención; Amanda lanza una idea para obligar a Cunningham a retroceder.

Los Kinsella devuelven el golpe a Eamon Cunningham mientras Amanda empieza a culpar a otros de la muerte de Jamie; Michael pone involuntariamente a Anna en peligro; el final del juego empieza a tomar forma.

Frank y Eamon afrontan el estrés de diferentes maneras, mientras Amanda sigue enfadando al resto de la familia con su dinamismo.