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Die Marquise von Sade (1976)

5.3 | ene. 01, 1976 (DE) | Terror | 01:19
Presupuesto: n/d | Ingresos: n/d

Die Marquise von Sade

Doriana (Lina Romay) es una joven rica y hermosa, pero tiene un horrible secreto. una periodista (Monica Swinn) oye hablar sobre ella y decide hacerle una visita para desvelar si los rumores son ciertos. Doriana la invita a quedarse y le cuenta la história sobre su hermana gemela demente internada y la compenetración telepática que ambas comparten.

Equipo destacado

Director, Writer
Director of Photography
Original Music Composer

Reparto

profile
Lina Romay
Doriana Gray/Doriana's Twin Sister
profile
Monica Swinn
The journalist
profile
Peggy Markoff
Blond victim
profile
Martine Stedil
Ziros's Girlfriend

Fotos

Reseñas

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Nochvemo
6 | feb. 18, 2025
Lady Doriana Grey es cautiva en su propio castillo, y su hermana gemela, recluida en una institución psiquiátrica, se encuentra bajo los cuidados del Dr. Orloff. Ambas hermanas comparten una conexión psíquica y, junto con una apariencia idéntica, en realidad tienen mucho más en común. Doriana parece incapaz de experimentar la satisfacción sexual, pero su enigmática presencia atrae a muchos amantes, en su mayoría mujeres, que no pueden resistirse a sus encantos. Al sucumbir a la lujuria por Doriana, pagan el precio de la muerte. Es una maldición que la mantiene joven y arrebatadora, mientras que su gemela, en cambio, parece acaparar todo el deseo sexual que Doriana es incapaz de asumir, y se alimenta de los paroxismos que sus amantes proyectan, antes de sucumbir. El cine de autor y el porno se entremezclan en esta película extremadamente extraña y ligeramente poética, del director Jess (Jesús) Franco. La mayoría de escenas hardcore son poco eróticas, pero eso es lo que buscaba el director, porque transmiten el hecho de que Doriana tampoco está obteniendo ningún placer en sus actos carnales. A Franco le gustan los primeros planos gráficos del acto, y su forma de filmarlos es bastante “fea” en el mejor de los sentidos. La musa de Franco, Lina Romay, se apodera brillantemente de las escenas más tórridas para convertirlas en un acontecimiento morboso.