
Marco-Hugo Landeta Vacas
8
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sep. 06, 2025
(CASTELLANO) Este spin-off del universo John Wick funciona como una prolongación natural de la saga, aunque con un aire propio gracias a la presencia magnética de Ana de Armas. La película se apoya en la misma mezcla de coreografías imposibles, violencia estilizada y escenarios cargados de atmósfera, pero lo más interesante es que abre espacio para un personaje femenino que no solo cumple, sino que deslumbra en cada secuencia de acción.
Desde el primer momento, de Armas se adueña de la pantalla. Su físico, su expresividad contenida y su capacidad para transmitir vulnerabilidad sin perder dureza hacen que el espectador conecte con ella de inmediato. El guion no inventa nada nuevo —la trama de venganza es tan directa como previsible—, pero la actriz consigue elevar incluso los momentos más rutinarios. Verla empuñar armas y lanzarse a combates coreografiados con precisión milimétrica es, sencillamente, un espectáculo.
Junto a ella, resulta un placer reencontrar a David Castaneda, que aporta frescura y química en un universo normalmente dominado por la solemnidad. La puesta en escena de Len Wiseman, aunque menos refinada que la de Chad Stahelski en la saga principal, cumple al ofrecer imágenes potentes y un ritmo que no deja respirar. Es cierto que se echan de menos la elegancia visual y la inventiva de los filmes de Keanu Reeves, pero lo que falta de estilo lo compensa con energía.
La película tiene sus puntos débiles: un villano poco memorable y un guion que a ratos parece más preocupado por encajar en el “canon Wick” que por volar solo. Sin embargo, cuando se centra en lo que sabe hacer —acción pura, creativa y brutal— la experiencia resulta tremendamente divertida.
En conjunto, Ballerina es un añadido sólido a la franquicia. No pretende reinventar la fórmula, pero sí demuestra que el universo John Wick puede expandirse más allá de su protagonista original. Con Ana de Armas como motor, la película ofrece exactamente lo que promete: un espectáculo de acción intenso, elegante a su manera y con ganas de seguir bailando en medio del caos.
(ENGLISH) This John Wick spin-off works as a natural extension of the saga, though it gains its own identity thanks to the magnetic presence of Ana de Armas. The film leans on the same mix of impossible choreography, stylized violence, and atmospheric settings, but what stands out is the space it gives a female lead who not only holds her own but shines in every action sequence.
From the very first scene, de Armas takes over the screen. Her physicality, controlled expressiveness, and ability to convey vulnerability without losing toughness make her instantly compelling. The script doesn’t reinvent the wheel —the revenge plot is straightforward and predictable— but she elevates even the most routine moments. Watching her wield weapons and dive into meticulously choreographed combat is pure spectacle.
Alongside her, it’s a pleasure to see David Castaneda again, bringing freshness and chemistry to a universe usually dominated by solemnity. Len Wiseman’s direction may lack the refinement of Chad Stahelski’s work in the main saga, but it delivers strong visuals and relentless pacing. The elegance and inventiveness of the original films are missed, yet the movie compensates with energy.
The weak points are clear: a forgettable villain and a script more concerned with fitting into the “Wick canon” than standing on its own. Still, when it focuses on what it does best —pure, creative, brutal action— the result is tremendously entertaining.
Overall, Ballerina is a solid addition to the franchise. It doesn’t aim to reinvent the formula, but it proves the John Wick universe can expand beyond its original hero. With Ana de Armas driving the film, it delivers exactly what it promises: an intense, stylish action spectacle that keeps on dancing in the middle of chaos.