Alexandra (1983)

Tres amas de casa suburbanas, de clase media alta, mantienen en secreto un pasado sexual del que no están orgullosas y que ocultan a sus respectivos maridos. En un momento muy concreto, el trío de amigas recibe una llamada conjunta de Alexandra (la voz en off de Stephanie Rogers), una amiga íntima de la infancia de sus cónyuges, con quienes formaba una pandilla recurrente de instituto, y de quien siempre han oído hablar pero nunca han visto en persona, amenazando a las tres con revelar públicamente sus trapos sucios en una fiesta que tienen planeada realizar con una excusa benéfica. Alexandra también les anuncia que abandonará sus vidas para siempre esa misma noche, llevándose consigo a uno de sus maridos. El sentimiento de culpa de las mujeres da lugar a numerosos y emocionantes episodios eróticos, en forma de flashbacks, durante toda la película. Increíblemente bien dirigida por el irregular Tim McDonald bajo la supervisión fotográfica de Larry Revene, y producida por el legendario David Friedman, “Alexandra” representa un paradigma inusual en el porno, y es una versión para adultos del delicioso clásico “Carta a Tres Esposas”, de Joseph Leo Mankiewicz de 1949. Sorprende gratamente la fidelidad con la que se mantiene esta versión respecto del original, reproduciendo fielmente a los personajes y las situaciones, redirigiéndola hacia el género para adultos. Las actuaciones dramáticas de cada actriz están a la altura de su propio talento en el ámbito de la fornicación, y la apenas mayor de edad Jennifer (una Lauren Wilde desaparecida un año después) prácticamente acapara el protagonismo de la cinta como una supuesta caza fortunas que acaba descubriendo el verdadero amor por su marido de mediana edad. Las actrices Joanna Storm y Rachel Ashley, ambas en las primeras etapas de sus astronómicas carreras, ya mostraban un gran potencial que se vio reforzado en sus posteriores proyectos.