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Muñeco diabólico (2019)

6 | jun. 19, 2019 (US) | Terror, Suspense | 01:30
Presupuesto: 10 000 000 | Ingresos: 44 902 237

Más que un juguete... es tu mejor amigo.

Karen es una madre soltera que busca el regalo perfecto de cumpleaños para Andy, su hijo. Después de encontrar un muñeco y regalárselo a su hijo, será cuando ambos descubran la naturaleza maligna que esconde en su interior este juguete.

Equipo destacado

Director
Editor
First Assistant Production Coordinator
Characters
Makeup Effects Designer
Original Music Composer
Extras Casting Assistant
Stunt Double
Visual Effects Editor
Executive Producer

Reparto

Reseñas

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Marco-Hugo Landeta Vacas
6 | ago. 21, 2025
(CASTELLANO) Olvidemos al Chucky que nos quitaba el sueño en los 80: este reboot va por otro camino. La película no busca asustar de la misma manera que lo hacía la original, sino que apuesta por la sátira y la comedia negra. El resultado se parece más a un homenaje paródico que a un intento de repetir la fórmula del terror puro. De hecho, uno termina riendo bastante más de lo que se sobresalta. El guion se apoya en los tópicos del slasher, pero los retuerce para burlarse de ellos. Sangre hay, y en abundancia, pero la violencia está planteada con tanta exageración que roza lo absurdo. Esa mezcla de humor y gore la acerca a títulos como Scream, donde la diversión pesa más que el miedo. Es evidente que la intención nunca fue devolvernos al Chucky maldito de antaño, sino crear un juguete nuevo para un público acostumbrado a las bromas entre susto y susto. Tomando esa premisa, el filme funciona como entretenimiento rápido. Los personajes son caricaturas y la historia no pretende tener profundidad, pero la puesta en escena va directa al grano. No faltan los guiños a la cultura pop ni los chistes sobre la tecnología actual, lo que ayuda a mantener un tono ligero y autorreferencial. Es fácil entrar en el juego cuando entiendes que la película no quiere ser seria. Hay momentos en los que el humor funciona mejor que el terror, y esa es precisamente la clave: reírse de lo que antes daba miedo. Puede que a los fans más fieles de la saga les cueste aceptar este cambio de tono, pero como comedia gore, la cinta cumple con creces. Y aunque no todo encaje, el tercer acto se desata en un festival de sangre que no deja indiferente a nadie. Al final, Muñeco diabólico (2019) no reinventa el terror ni falta que le hace. Cambia el miedo por la carcajada y abraza el exceso con descaro. Es una película pensada para verla en grupo, con palomitas y amigos, y disfrutar de esa mezcla de risas y tripas volando por la pantalla. Puede que no dé miedo, pero consigue ser exactamente lo que promete: un espectáculo tan sangriento como divertido. (ENGLISH) Forget the Chucky that haunted our dreams in the 80s: this reboot takes a very different path. The film doesn’t try to scare in the same way as the original but instead leans into satire and dark comedy. The result feels more like a playful parody than an attempt to revive pure horror. In fact, you end up laughing far more than you ever jump. The script leans on classic slasher tropes but twists them to mock their clichés. There’s plenty of blood—tons of it—but the violence is so over-the-top that it borders on the ridiculous. This mix of humor and gore brings it closer to movies like Scream, where fun outweighs fear. It’s clear the goal was never to bring back the cursed Chucky of old, but to craft a new toy for audiences who expect laughs between the scares. With that in mind, the movie works as fast-paced entertainment. The characters are drawn as caricatures, and the story doesn’t bother with depth, but the direction keeps things moving. Pop culture references and jokes about modern technology add to its self-aware, tongue-in-cheek tone. Once you accept that the film isn’t meant to be taken seriously, it’s easy to enjoy. At times the humor lands better than the horror, and that’s the point: laughing at what used to terrify us. Hardcore fans of the franchise might struggle with the tonal shift, but as a gore comedy, it does the job. And while not every moment clicks, the final act explodes into a bloody carnival that’s hard to forget. In the end, Child’s Play (2019) doesn’t reinvent horror—and it doesn’t need to. It swaps fear for laughter and embraces excess with confidence. It’s the kind of movie best enjoyed with friends, popcorn, and the lights down low, where the mix of laughter and guts splattering across the screen becomes its own twisted fun.