La posada de la maledicencia (1980)

Un joven llamado Andrea llega a una pequeña villa y decide alojarse en un hotel situado en las afueras. En la recepción, una muchacha, Marta, le insta a alojarse mejor en el pueblo, porque no tiene habitaciones disponibles. Pero el viajero insiste y, al final, consigue la habitación. Allí será testigo de que la posada funciona realmente como un burdel de lujo para satisfacer los caprichos sexuales de clientes adinerados. Marta está casada con un hombre mayor que ella, anclado en una silla de ruedas, que desea a Laura, una jovencita que ama a su esposa, y que es una de las prostitutas. Marta embauca a la joven prometiéndole que cuando consigan el dinero suficiente se marcharán juntas de todo aquello, pero Andrea no está ahí por casualidad. Bruno Gaburro, un director, fotógrafo, actor y documentalista italiano, que aquí firmó con uno de sus seudónimos (Marco Sole), dedicó gran parte de su filmografía al cine de serie B erótico (o sensual), hasta que decidió aplicar un poco más de realismo sexual a sus producciones, básicamente porque, como ocurría con la mayoría de realizadores eróticos de los 60, Gaburro aprovechó la tirada que estaba teniendo el cine para adultos en el mundo occidental de los 70 y 80 para aportar su granito de arena.