
Nochvemo
5
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feb. 18, 2025
La trama de “Dværgen” (“El Enano” en danés, “The Sinful Dwarf” en la versión norteamericana) se centra en una pensión dirigida por un desagradable personaje de reducida estatura y su madre, que resulta ser igual de malvada porque la pensión es, en realidad, una tapadera para un pequeño negocio de red de trata de blancas. En el ático esconden todo tipo de mujeres atractivas (posibles huéspedes raptadas) atadas y obligadas a drogarse para no resistirse a la explotación. La historia se centra en una pareja joven que se muda a la pensión y acaba descubriendo los horrores que esconden los propietarios, lo cual les pone en el punto de mira del retaco maligno.
Esta película parece erigirse como la representante de un género aparentemente inventado dedicado a la “explotación de enanos” y, desde luego, es una de las más conocidas. Su realizador, un desconocido e intrascendente Eduardo Fuller, con un par de cintas previas a sus espaldas, tenía la intención de montar “Dværgen” como una película de terror con toques eróticos, sin ir más allá de algún desnudo. Posteriormente, y comprendiendo el éxito y la aceptación que el cine para adultos estaba teniendo en Europa y EE.UU. en ese momento, decidió filmar escenas explícitas para que, más o menos, encajaran en la trama ya montada. Y la chapuza se percibe de inmediato debido a un cambio de texturas y colores que, francamente, aportan más pena que gloria, pero se consiguió la clasificación X de casi 96 minutos.