The Grafenberg Spot (1985)

The Grafenberg Spot (1985) La californiana Leslie (la bronceada y prieta Ginger Lynn) ha encontrado el amor de su vida en el personaje de Michael (el bigotudo Harry Reems) quien, de repente, se siente repelido cuando ella suelta un chorro masivo de eyaculación femenina durante una “interacción oral”. Incapaz de lidiar con una novia que “pierde el control de la vejiga” cuando se excita (así lo cree él), deciden “tomarse un tiempo”. La pobre Leslie, convencida de su culpabilidad, busca ayuda profesional con la Dra. Elaine Reynolds (o sea, con la diosa Annette Haven), quien le muestra los entresijos de la anatomía femenina con la entusiasta ayuda de otras pacientes y del personal. Aquí, los hermanos Mitchell lanzan una broma astuta dentro de la industria cuando Leslie explota en un orgasmo ante la experta manipulación vaginal de la Dra. Reynolds, lo que le proporciona una “descarga facial” única a la doctora, (Haven tenía, con toda la industria del porno, una cláusula contractual que la excluía de tales actos "degradantes" durante toda su carrera carnal). Michael también sucumbe al asesoramiento externo, por lo que la buena doctora aparece en su barca de pesca para una demostración íntima con explicación (aquí Annette Haven sí parece eyacular sin truco alguno), dejando al tipo tan caliente y molesto por no poder “aprender” más con la doctora que, simplemente, se une a una sesión en curso que su mejor amigo está teniendo con su novia (una preciosa Traci Lords eliminada de todas las copias de lanzamiento estadounidenses, pero gloriosamente presente en el corte europeo, debido a que resultó ser menor de edad cuando se filmó). Siguiendo el consejo de la doctora, Michael visita una especie de club sexual para recibir más información en el bello arte de la eyaculación “por aspersión”. Después de presenciar el espectáculo teatral, Michael se percata de que está coincidiendo en la misma sala que su ex Leslie y, en un intento por pedirle perdón por su estupida rudeza intelectual, ambos deciden darse otra oportunidad por el bien del amor y los chubasqueros. Este pseudo documental, un género que se denominaba “de bata blanca”, y que surgió en algún momento de los 60, proporciona una excusa a modo de "valor didáctico” para la exhibición gráfica de carne explícita a través de “explicaciones expertas” de médicos y científicos. Sólo los crédulos, que aparentemente abarcaban las instancias legales contemporáneas, se tragaban la afirmación de que estas epopeyas tenían, efectivamente, la intención de ilustrar en lugar de excitar las más bajas pasiones de la audiencia. Aunque se recurre a hechos científicos (hoy en día bastante certeros), aquí intentan “adentrarse” en lo que entonces era el apenas conocido centro del placer femenino difundido por el Dr. Ernst Gräfenberg (el llamado “Punto G”). Y claro, los gamberros hermanos Mitchell, obviamente se deleitan parodiando esta figura anticuada “de bata blanca”, mostrando algún chorro mediante mangueras de agua y finta de esfuerzo muscular.