
Nochvemo
9
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jun. 05, 2025
**El arte es libertad**
Frankenheimer es uno de los grandes artífices cinematográficos de la segunda época dorada del cine, y tiene en su haber auténticas maravillas como resultado del talento y del ingenio. Obras como “El mensajero del miedo” y “El hombre de Alcatraz” (ambas de 1962), “Siete días de mayo” (1964), “Domingo negro” (1977), “Tiro mortal” (1989), y la última a destacar, “Ronin”, de 1998, son películas que permanecen en nuestra retina como ejemplos de solidez argumental y personalidad propia.
“El tren” es una película bélica que trasciende el género para convertirse en un trepidante thriller de acción ambientado en los últimos días de la ocupación alemana en Francia. Nos sumerge en una desesperada carrera contra reloj por evitar que un cargamento de incalculable valor artístico caiga en manos de los fascistas y se convierta en una parte más del expolio nazi perpetrado por toda Europa. El gran Burt Lancaster es Paul Labiche, un inspector ferroviario francés inicialmente apático y preocupado solo por la seguridad de sus empleados y su propia supervivencia que, a medida que comprende la magnitud del saqueo y el valor cultural que supone, se transforma en un paradigma de la Resistencia demostrando una determinación y un ingenio asombrosos, generando una dinámica del gato y el ratón fascinante con los líderes nazis.
Lejos de ofrecer un mero espectáculo de destrucción, Frankenheimer nos regala un estudio magistral de la estrategia y la obstinación. Cada sabotaje, cada maniobra ferroviaria y cada enfrentamiento están coreografiados de forma brillante. Es un ballet clásico que utiliza los trenes y las vías como elementos dramáticos de una manera asombrosamente eficaz. La tensión se palpa en cada secuencia, sobre todo en las impresionantes y realistas escenas de descarrilamientos y destrozos reales de locomotoras, sin trampa ni cartón. Se percibe, con una plasticidad asombrosa, el grito de los metales retorciéndose entre la sangre de los héroes que, de verdad, un día tuvieron que dar su vida para salvaguardar el legado de Francia y del mundo. El homenaje es sensacional.