
Nochvemo
6
|
mar. 25, 2025
Anna (una Florence Guérin bonita y melancólica) es una esposa abandonada por un marido entregado plenamente a su trabajo como abogado. La familia, que también incluye a la madre de él (una antipática anciana que solo conoce la conversación del reproche) es de carácter acomodado y dispone de una sirvienta llamada Angela (la sexi Trine Michelsen) que, poco a poco, se gana la confianza de Anna atendiéndola en sus tareas más íntimas. Esta circunstancia, y el hecho de que Angela recibe asiduamente la visita de su novio militar en la casa, para practicar el manoseo a escondidas, bajo la observación encubierta de Anne, hace que ambas féminas compartan sus fantasías y anécdotas amorosas mientras se acarician en la intimidad de la alcoba. La frustración sexual de Anna, en comparación con la supuesta experiencia de su sirvienta, es tan abrumadora que decide buscar en la calle lo que no recibe en casa por parte de su marido. Así, Anna fuerza un encuentro sexual casual con un hombre de mediana edad que la goza en su propio coche, mientras que Angela, más astuta y heterodoxa de lo que parece, planifica cómo saciar las necesidades de Anna invitando a un extraño que la posea delante de ella. El juego acaba derivando en un drama, pero también en una lección de vida.
Sin ser una gran obra cinematográfica, está claro que Salvatore Samperi no pretendía más de lo que se muestra claramente: una historia erótica, suavemente lésbica, y más explícitamente heterosexual, que solo intenta surfear por el recurrente argumento de la esposa abandonada sexualmente, que busca fuera de casa lo que debería tener dentro de ella (nunca mejor dicho). No pretendamos encontrar metáforas ni paradojas literarias, esto es una película simple que agradará a todo aquel que disfrute con la presencia natural y sin recelos de dos ninfas del cine softcore de la época: Florence Guérin y Trine Michelsen. Lo demás está ahí para gastar película.