El correo (2024)

(CASTELLANO) Daniel Calparsoro vuelve a lo que mejor sabe hacer: un thriller enérgico, rodado con nervio, que no se detiene a tomar aire. El correo engancha por ritmo y puesta en escena, con persecuciones y giros que mantienen la tensión, aunque la sensación de “esto ya lo he visto” aparezca en más de una ocasión. No pretende cambiar las reglas del juego, pero sí consigue mantenerte pegado a la pantalla de principio a fin. El contexto económico y social en el que se mueve la historia aporta interés, evocando una época marcada por la ambición y los tratos en la sombra. No profundiza demasiado, pero sí logra dar ese aire de realidad que envuelve a los personajes y añade un poco de peso a lo que, de otro modo, sería solo un ejercicio de pura acción. El reparto funciona bien en general, con interpretaciones sólidas y algún personaje que destaca más de lo esperado. Puede que muchos perfiles resulten previsibles, pero la energía que desprenden evita que se sientan totalmente planos. En lo visual, la película luce impecable, con una estética que busca situarla en la liga de thrillers internacionales. A veces esa ambición se nota un poco forzada, como si quisiera aparentar más de lo que necesita, pero no quita que el acabado sea vistoso y atractivo. En definitiva, El correo es puro Calparsoro: ritmo, intensidad y un estilo directo que no da respiro. Puede que repita fórmulas y no sorprenda demasiado, pero como entretenimiento funciona sin problemas y cumple con lo que promete: hacer pasar un buen rato. (ENGLISH) Daniel Calparsoro returns to what he does best: a fast-paced thriller, shot with energy and determination, that never stops to catch its breath. El correo hooks you with rhythm and staging, with chases and twists that keep the tension alive, even if the feeling of “I’ve seen this before” comes up more than once. It doesn’t try to change the rules of the game, but it does manage to keep you glued to the screen from beginning to end. The economic and social backdrop gives the story an extra layer of interest, evoking a period marked by ambition and shady deals. It doesn’t dive too deep, but it adds a touch of realism that grounds the characters and gives some weight to what could otherwise be just pure action. The cast works well overall, with solid performances and a few characters who stand out more than expected. Many roles feel familiar, but the energy they bring helps prevent them from being completely flat. Visually, the film looks slick, with an ambition that aims to place it among international thrillers. Sometimes that ambition feels a little forced, as if it wants to look bigger than it really is, but the result is still stylish and appealing. In the end, El correo is pure Calparsoro: rhythm, intensity, and a straightforward style that doesn’t let up. It may repeat formulas and not surprise much, but as entertainment it works just fine and delivers exactly what it promises: a good time.